La Audiencia obliga a Exteriores a abrir sus archivos sobre los nazis

Una sentencia permite acceder a todos los legajos con más de 50 años de antigüedad

En plena fiebre investigadora sobre la implicación de España en la compra de oro nazi, el Ministerio de Asuntos Exteriores negó a un investigador alemán el acceso a documentos de su Archivo General sobre la repatriación de nazis durante la posguerra. Kurt Rainer Zorn no cejó en su empeño y presentó un recurso contra la resolución. La Audiencia Nacional ha fallado a su favor y le autoriza a consultar todos los legajos con más de 50 años de antigüedad.

Una mañana de julio de 1997, Kurt Rainer Zorn, de 49 años, ex abogado, profesor del Instituto Alemán en San Sebastián (Guipúzcoa) e invest...

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En plena fiebre investigadora sobre la implicación de España en la compra de oro nazi, el Ministerio de Asuntos Exteriores negó a un investigador alemán el acceso a documentos de su Archivo General sobre la repatriación de nazis durante la posguerra. Kurt Rainer Zorn no cejó en su empeño y presentó un recurso contra la resolución. La Audiencia Nacional ha fallado a su favor y le autoriza a consultar todos los legajos con más de 50 años de antigüedad.

Una mañana de julio de 1997, Kurt Rainer Zorn, de 49 años, ex abogado, profesor del Instituto Alemán en San Sebastián (Guipúzcoa) e investigador, atravesó las puertas del Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid, y descendió a los sótanos donde se albergan millones de legajos de su Archivo General. Semanas antes había tramitado por correo su solicitud para consultar varias carpetas sobre la repatriación durante la posguerra (entre 1943 y 1953) de españoles desde Alemania y de alemanes desde España. Especialmente de los nazis que protegió Franco. Un año antes, las organizaciones judías que impulsaron la revisión sobre las compras de oro nazi y otros activos saqueados por las tropas de Hitler habían pedido que se abrieran todos los archivos para que la verdad saliera a la luz. El Gobierno español atendió a esa petición y creó una comisión para investigar los 65.000 kilos de oro comprados por Franco.

Zorn no llegó a tomar asiento en la sala de lectura. La directora del archivo le impidió el acceso y comunicó la resolución del ministerio por la que se le denegaba la consulta de los papeles que pedía. Esta resolución, firmada por el secretario general técnico, impedía la consulta "por contener datos personales que pueden afectar a la seguridad de las personas, a su honor, a la intimidad de su vida privada y familiar y a su propia imagen sin que medie consentimiento expreso de los afectados". El secretario había tomado esta decisión tras examinar un informe previo de la jefa de área de documentación y publicaciones, en el que ésta esgrimía la Ley de Patrimonio Histórico Español, de 1985.

Pero la mentalidad nórdica de este profesor alemán pesó más que la negativa de la Administración española. Presentó un recurso contra la resolución de Exteriores, el primero que se presenta por denegación de información del Archivo General, según fuentes del ministerio. El caso lo ha resuelto la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional. El fallo declara el derecho de Zorn a que Exteriores "le autorice, a los únicos fines de estudio e investigación, el acceso a los documentos integrantes de los expedientes solicitados, respecto de los que haya transcurrido un plazo de 50 años a partir de la fecha de los documentos, y en todo caso, hasta el 6 de junio de 1947".

El investigador alemán pidió consultar carpetas que abarcaban el periodo comprendido entre 1943 y 1953. La Audiencia, no obstante, no admite la demanda en su totalidad. Señala que parte de los fondos solicitados contienen datos que afectan a la seguridad de las personas, a su honor y a su intimidad, por lo que estima que en esos casos concretos no pueden ser consultados, al no haber presentado Zorn el consentimiento expreso de los afectados.

Desde Hamburgo, Kurt Rainer Zorn asegura que acudirá al Palacio de Santa Cruz con su sentencia en la mano para consultar los expedientes que le negaron hace dos años. "Mi rebelión ha valido la pena. España no debería tener miedo a revisar su historia", concluye.

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