El desconcierto del recelo social

Los científicos dedicados a la investigación de las plantas a escala molecular, armados con las técnicas cada vez más avanzadas para manipular los genes de los organismos, y soñando con modificar así sus propiedades, parecen desconcertados por el fuerte recelo social -sobre todo en Europa- ante los prodigios que asoman desde sus laboratorios. Lo mejor, opinan prácticamente todos, es agarrar el toro por los cuernos y proporcionar información transparente para enriquecer el debate social. Ambos aspectos del panorama actual de la biotecnología de plantas -avances científicos y su impacto social-...

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Los científicos dedicados a la investigación de las plantas a escala molecular, armados con las técnicas cada vez más avanzadas para manipular los genes de los organismos, y soñando con modificar así sus propiedades, parecen desconcertados por el fuerte recelo social -sobre todo en Europa- ante los prodigios que asoman desde sus laboratorios. Lo mejor, opinan prácticamente todos, es agarrar el toro por los cuernos y proporcionar información transparente para enriquecer el debate social. Ambos aspectos del panorama actual de la biotecnología de plantas -avances científicos y su impacto social- focalizaron los debates de la conferencia Phytosfere99, organizada en Roma por la Comisión Europea con el ojo puesto en la transferencia tecnológica a la industria y en la difusión de los logros científicos de potencial aplicación obtenidos en los laboratorios europeos. Casi 300 expertos de 19 países han participado en ella. La Comisión financió (24.000 millones de pesetas del IV Programa Marco) 45 proyectos de investigación en el área desarrollados en 400 laboratorios de 20 países, dijo Owen Doyle, coordinador de la Red Europea de Biotecnología de Plantas.

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Los científicos creen que pueden lograr una agricultura menos contaminante que la actual, cosechas más abundantes o plantas con propiedades nutritivas mejoradas. De momento el maíz, la soja y el algodón con resistencias especiales son las primeras grandes cosechas transgénicas establecidas en América. Pero están alejadas del consumidor de la calle, que no ve ventajas directas en estas nuevas plantas -de interés para la industria- y que está alerta ante su peligro potencial.

Los expertos afirman que, como toda tecnología, ésta encierra riesgos, pero destacan que los productos, sobre todo los transgénicos, destinados al mercado o a su liberación en el medio ambiente pasan exhaustivos controles y análisis antes de su autorización.

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