El Salón del Cómic opta por la juventud
La estación de Francia de Barcelona abrió ayer sus puertas con 150 expositores
Como en cada edición, y ya son 17, el Salón del Cómic de Barcelona abrió ayer sus puertas en la estación de Francia con una oferta variada que incluye todo tipo de cómics, incluso los que mueven a la nostalgia. Pero la favorable respuesta del público juvenil parece marcar la personalidad de este encuentro, que se prolongará hasta el próximo domingo. En total se presentan 150 expositores, distribuidos en más de 6.500 metros cuadrados. El enfoque de esta edición apunta al humor y a la juventud, dos aspectos en los que obviamente España tiene predicamento.
El Salón del Cómic se sabe vetera...
Como en cada edición, y ya son 17, el Salón del Cómic de Barcelona abrió ayer sus puertas en la estación de Francia con una oferta variada que incluye todo tipo de cómics, incluso los que mueven a la nostalgia. Pero la favorable respuesta del público juvenil parece marcar la personalidad de este encuentro, que se prolongará hasta el próximo domingo. En total se presentan 150 expositores, distribuidos en más de 6.500 metros cuadrados. El enfoque de esta edición apunta al humor y a la juventud, dos aspectos en los que obviamente España tiene predicamento.
El Salón del Cómic se sabe veterano. Son 17 las ediciones que ya se han celebrado, y otorgan una solera que cubre otro tipo de carencias, como la ausencia de grandes estrellas internacionales. Ayer pudo verse a los estadounidenses Sergio Aragonés, autor de ascendencia valenciana considerado como de la casa, y Charles Burns, al que se le dedica una exposición.Víctor Mora, el creador del Capitán Trueno, al que se dedica una exposición por haber obtenido el pasado año el Gran Premio del Salón, fue el encargado de dar la bienvenida al recinto al alcalde de Barcelona, Joan Clos, que inauguró el certamen. "En estos 17 años, el Salón del Cómic ha apoyado, frente a la invasión cultural extranjera que se nos impone desde otros medios, la producción propia de Barcelona, de Cataluña y de España", afirmó Clos, destacando de esta manera el carácter de industria cultural autóctona de la historieta. Clos reconoció su debilidad por El Capitán Trueno. Incluso compró -abonándolo de su propio bolsillo- uno de los cuadernos que Ediciones B ha reeditado con las historias dibujadas por Fuentes Man para la revista Trueno Color. La maestría de Ambrós, el creador gráfico de El Capitán Trueno y dibujante principal de la serie, eclipsó durante años el trabajo de Fuentes Man, cuya aportación al personaje se reconoce con esta edición. Clos afirmó: "Este tipo de cómic de aventuras y entretenimiento es el que me gusta".
El alcalde visitó las exposiciones acompañado de Vicenç Villatoro, director de Promoción Cultural de la Generalitat, que demostró su conocimiento de la evolución del sector y de la propia historia del Salón del Cómic. "El cómic es muy cambiante, la prueba es que cada salón tiene un aspecto diferente. Hemos conocido durante estos años la más rabiosa vanguardia del cómic, hemos vuelto la mirada a la nostalgia y también nos hemos dejado seducir por la filosofía oriental del cómic, pero este medio siempre ha continuado adelante, porque la historieta va más allá de una moda pasajera", dijo Villatoro.
En su recorrido por las exposiciones, las autoridades pudieron comprobar la inquietud que producen los originales de Burns, el aspecto nostálgico de las páginas de El Capitán Trueno y el sello de vanguardia que siempre ha tenido el trabajo de Miguel Calatayud. Esta tres exposiciones se presentan dentro de tres vagones de Renfe.
La presente edición del Salón del Cómic, que tiene un presupuesto de 49,5 millones de pesetas, no presenta demasiados cambios en su planteamiento, aunque este año estrena nueva dirección con la sustitución de Jordi Sánchez Navarro por Pilar Gutiérrez, quien, en una línea de continuidad con el anterior director, pretende que el salón sea un punto de referencia y apoyo a los nuevos creadores.