Tribuna

La voz y la palabra

José Agustín Goytisolo fue indiscutiblemente un hombre de letras impresas, de palabras escritas y palabras leídas, pero no tuvo miedo a pisar un escenario o adentrarse en un estudio de grabación cuando la ocasión lo merecía. Sobre el escenario, además de sus lecturas de carácter académico, la trayectoria del poeta barcelonés estuvo ligada a la de su íntimo amigo Paco Ibáñez. Juntos crearon uno de esos espectáculos en los que realmente la canción y la poesía se unían hasta formar una sola cosa: La voz y la palabra. Goytisolo recitaba con una sobriedad estremecedora, alternando su voz con...

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José Agustín Goytisolo fue indiscutiblemente un hombre de letras impresas, de palabras escritas y palabras leídas, pero no tuvo miedo a pisar un escenario o adentrarse en un estudio de grabación cuando la ocasión lo merecía. Sobre el escenario, además de sus lecturas de carácter académico, la trayectoria del poeta barcelonés estuvo ligada a la de su íntimo amigo Paco Ibáñez. Juntos crearon uno de esos espectáculos en los que realmente la canción y la poesía se unían hasta formar una sola cosa: La voz y la palabra. Goytisolo recitaba con una sobriedad estremecedora, alternando su voz con las canciones de Ibáñez sobre poemas no sólo de Goytisolo, sino de toda la lírica castellana.Un espectáculo sobrio como pocos y directo como muchos menos: los dos hombres vestidos de negro, una silla para la pierna izquierda del cantante, otra para que el poeta descansase entre declamaciones, dos vasos de agua, un escenario oscuro y un silencio sepulcral sólo roto por la fuerza de una poesía convertida en un arma cargada de presente.

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La voz y la palabra se estrenó en la Universidad de Málaga en 1993 y se convirtió en espectáculo itinerante un año después. En Barcelona permaneció 15 días en el teatro Borràs, y en Madrid se presentó en el teatro Marquina; en ambos casos las entradas se fueron agotando como una demostración más del error de los que se empeñan en relegar la poesía como un objeto del pasado. Entre 1994 y 1995 La voz y la palabra recorrió España y después viajó a Buenos Aires, Montevideo y París. Para el próximo otoño Ibáñez y Goytisolo tenían ya reservadas 15 fechas en un teatro barcelonés para reanudar una aventura conjunta que ya no tendrá continuidad sobre el escenario, aunque la colaboración entre ambos seguirá viviendo en tiempo presente: entre los inmediatos planes de Paco Ibáñez estaba (es de suponer que todavía estará) la grabación de un disco dedicado exclusivamente a los poemas de José Agustín Goytisolo para el que tenía ya acabadas siete nuevas canciones que añadir a las tres míticas (forman parte de la banda sonora de dos o tres generaciones): Palabras para Julia, Me lo decía mi abuelito y Érase una vez.

Con el mismo nombre de su colaboración con Paco Ibáñez, La voz y la palabra, José Agustín Goytisolo dejó en 1994 grabado un CD que es una pieza de coleccionista (por su mínima difusión, no por su contenido). Mostrando un atrevimiento equidistante de la lucidez y el desatino, el poeta explicaba con su habitual cercanía y sin ningún acompañamiento musical 20 de sus poemas. La primera lectura de Goytisolo concluía con unas palabras que deberían convertirse en realidad: "La voz y la palabra pueden con el gran ruido que quiere anonadarte".

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