Al Gore da prioridad a la ecología ante un foro que quiere hablar de pobreza

, El énfasis del vicepresidente estadounidense, Al Gore, en la defensa del medio ambiente a fin de garantizar el desarrollo sostenible y el majestuoso vuelo del cóndor sobre los límpidos cielos americanos suscitó ayer aplausos y algún sarcasmo entre funcionarios latinoamericanos, sabedores de que si el ave sobrevuela los techos de las muchas chabolas del continente caerá sobre un puchero.Coincidiendo en las metas, pero acentuando prioridades distintas, Al Gore y el presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, abrieron ayer la Cumbre de las Américas sobre desarrollo sostenido, cuya dec...

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, El énfasis del vicepresidente estadounidense, Al Gore, en la defensa del medio ambiente a fin de garantizar el desarrollo sostenible y el majestuoso vuelo del cóndor sobre los límpidos cielos americanos suscitó ayer aplausos y algún sarcasmo entre funcionarios latinoamericanos, sabedores de que si el ave sobrevuela los techos de las muchas chabolas del continente caerá sobre un puchero.Coincidiendo en las metas, pero acentuando prioridades distintas, Al Gore y el presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, abrieron ayer la Cumbre de las Américas sobre desarrollo sostenido, cuya declaración final trata de combinar las diferentes preocupaciones instando a combatir la pobreza sin destruir el medio ambiente."El desarrollo sostenible es un concepto complejo, porque, como la física, tiene cuatro dimensiones: la primera es la dimensión del desarrollo económico. Sin él no es posible atender las necesidades sociales, humanas, ni mantener la estabilidad política, ni menos atender al medio ambiente", subrayó el presidente de Bolivia, país anfitrión. "por eso quiero subrayar que no tenemos que perder la visión de un mercado de libre comercio del hemisferio para el año 2005. Se necesita desarrollo económico. Hemos visto en Asia el gran ejemplo de cómo los países pueden, con medidas de apertura de mercado y de intercambio económico, lograr tasas de crecimiento realmente asombrosas". Sánchez de Lozada no dudó en denunciar como "inaceptable" el coste social y ambiental del desarrollo asiático.

El vicepresidente norteamericano, que llegó a Santa Cruz casi tres horas más tarde de lo previsto al retrasar una tormenta el aterrizaje de su avión, animó a forjar una asociación continental en el siglo XXI cuyo nacimiento situó en la cumbre de Miami de hace dos años. "Todos estamos unidos en la comprensión fundamental de que no podemos ser custodios responsables de nuestra libertad si no somos también custodios responsables de la tierra, el aire y el agua de nuestro hemisferio.". Al Gore coincidió con el resto de los presidentes o representantes, algunos procedentes de democracias aún hilvanadas, en la necesidad de lograr una síntesis entre crecimiento económico, equidad social y protección ambiental.

El presidente chileno, Eduardo Frei, incidió después en un aspecto determinante: "¿Vamos a interrumpir la construción de una planta hidroeléctrica que es necesaria para nuestro desarrollo porque tenga un impacto ambiental. No, aunque procuraremos que no ocurra".

Gore, que ayer mismo regresaba a Estados Unidos después de estampar su firma en el documento de la cumbre y entrevistarse con Sánchez de Lozada y el presidente brasileño, enumeró dos desafíos fundamentales: mejorar la calidad del agua y ampliar a las zonas rurales de América los tendidos eléctricos porque "hoy más de un tercio de nuestros ciudadanos no tiene acceso a esta tecnología básica". Entre quienes le escuchaban se encontraba César Gaviria, secretario general de la OEA, en cuyo marco se efectúa la reunión, el presidente del BID, Enrique Iglesias, y directivos de organismos multilatarales. Iglesias aportó un dato esperanzador: los Gobiernos de América Latina han aumentado sustancialmente los gastos de carácter social y cabe esperar resultados.

También acudieron a esta ciudad del oriente boliviano varias ONG, entre ellas Greenpeace, que desarrollaron un foro paralelo. Su portavoz, Juan Villalonga, se manifestó crítico respecto a la cumbre de los jefes políticos porque "se ven cosas preocupantes, como por ejemplo mucha retórica vacía de propuestas operativas". Villalonga observa asimismo contradicciones ideológicas en algunos planteamientos: "Por un lado se enfatizan las bondades del libre mercado, y por otro se habla de la creciente necesidad de protagonismo estatal para alcanzar el desarrollo sostenible".

La Declaración de Santa Cruz se acompaña de un anexo con 45 iniciativas en diversos campos. Observadores políticos temen que buena parte de estay, encomiables iniciativas, cuya aplicación apuntalaría el frágil renacimiento latinoamericano, acaben durmiendo el sueño de los justos hasta la siguiente cumbre, el año próximo en Chile.

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