Tribuna:

El arte para contar

Desde los tiempos de Cunqueiro no se había visto cosa igual: un escritor que trabaja con el mismo resultado, y éste es excelente, en cualquiera de los dos idiomas, el gallego y el castellano.Pero lo que tengo que alabar de Manolo Rivas no es su habilidad verbal, aun siendo ésta mucha, sino su arte endiablado para contar. Me recuerda aquellos marineros que describían, con las palabras necesarias y por su orden, aquella vez que habían corrido bolina empujados por un tifón en el Caribe, o aquellos otros que describían su deslumbramiento ante las islas del Sur, del mar del Sur, quiero decir. Claro...

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Desde los tiempos de Cunqueiro no se había visto cosa igual: un escritor que trabaja con el mismo resultado, y éste es excelente, en cualquiera de los dos idiomas, el gallego y el castellano.Pero lo que tengo que alabar de Manolo Rivas no es su habilidad verbal, aun siendo ésta mucha, sino su arte endiablado para contar. Me recuerda aquellos marineros que describían, con las palabras necesarias y por su orden, aquella vez que habían corrido bolina empujados por un tifón en el Caribe, o aquellos otros que describían su deslumbramiento ante las islas del Sur, del mar del Sur, quiero decir. Claro está que entonces ni la radio ni la televisión habían aparecido.

Esta colección de cuentos, que ahora está en castellano pero que yo conocí en gallego, y que en gallego recibió también un importante premio literario, puede marcar un hito en el modo de narrar castellano. Manolo Rivas tiene detrás de sí, y los hereda, nombres muy ilustres. Su talante no es de heredero, es de superador. Esperemos que no pase mucho tiempo sin que nos lo demuestre.

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