Los rectores catalanes proponen una selectividad de dos exámenes

La nota previa del bachillerato perdenía peso con el nuevo sistema

Los rectores de las universidades catalanas, a quienes el Consejo de Universidades encargó redactar una propuesta de reforma de la selectividad, proponen dividir esta prueba en dos exámenes, el primero de ellos eliminatorio, y reducir el peso que tiene la nota previa del bachillerato en el cómputo total. Los rectores presentarán su propuesta de reforma durante la reunión que el Consejo de Universidades celebrará en Barcelona a finales de octubre. El nuevo equipo de Educación ha manifestado su intención de cambiar la selectividad.

La propuesta tiene en cuenta la realidad educativa deriv...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los rectores de las universidades catalanas, a quienes el Consejo de Universidades encargó redactar una propuesta de reforma de la selectividad, proponen dividir esta prueba en dos exámenes, el primero de ellos eliminatorio, y reducir el peso que tiene la nota previa del bachillerato en el cómputo total. Los rectores presentarán su propuesta de reforma durante la reunión que el Consejo de Universidades celebrará en Barcelona a finales de octubre. El nuevo equipo de Educación ha manifestado su intención de cambiar la selectividad.

La propuesta tiene en cuenta la realidad educativa derivada de la implantación de los nuevos planes de estudios y busca obtener mayores garantías de que el alumno está capacitado y preparado para realizar la especialidad que ha escogido.Pese a que algunos aspectos del documento que presenta el Consejo Interuniversitario no están todavía concretados, las líneas generales ya han sido consensuadas por los distintos rectores catalanes.

El catedrático de la Universidad de Girona Josep Maria Terricabras, que ha intervenido de manera decisiva en la redacción de la propuesta, avanzó el viernes pasado que el documento plantea la implantación de dos pruebas selectivas de ingreso a la universidad. La primera de ellas, de carácter genérico, sería elimitaroria -los alumnos que no la superasen tendrían cerradas las puertas a la universidad- y permitiría evaluar la capacidad lógica, de comprensión y de expresión del alumno.

Un segundo examen serviría para determinar si el alumno está capacitado para realizar la carrera que ha elegido. Según la propuesta, los distintos estudios universitarios se distribuirían en varias áreas globales -unas cinco o seis en total- y el alumno debería examinarse de dos asignaturas propias de su área y de dos o tres asinaturas más correspondientes a la especialidad escogida.

Si después de pasar las dos pruebas el alumno no pudiera cursar la carrera por la que ha optado debido a la falta de plazas, sólo podría matricularse en alguna de las especialidades incluidas en el área que ha escogido.

Josep Maria Terricabras señaló que en la nueva fórmula no se dejaría de lado el expediente académico del alumno correspondiente al bachillerato, aunque se prevé concederle menor valor. '"La idea es que el resultado de la prueba de acceso a la universidad tenga un peso superior al 50% a la hora de establecer la nota media con el expediente académico del alumno", indicó Terricabras.Aunque en el documento se reconoce que el Consejo de Universidades no tiene competencia sobre los estudios de bachillerato, los rectores plantean al Ministerio de Educación y Cultura, a modo de consejo, la creación de un título de acreditación que "redondee" los estudios secundarios. "El bachillerato adquiriría así un carácter más autónomo e independiente respecto a la universidad", señaló el catedrático gerundense.

Otro de los aspectos que se abordan en el documento es la adaptación del alumno a la universidad. Según una propuesta que ha impulsado el rector de la Universidad de Girona y presidente de la comisión que ha redactado el documento, Josep María Nadal, las universidades deberían buscar fórmulas para favorecer la integración de los nuevos alumnos a la universidad.

Aunque todavía no se ha concretado este aspecto, existe ya un esbozo de propuesta, que prevé crear varias tutorías destinadas al recibimiento del alumno. Funcionarían durante un periodo de unos seis meses y servirían para orientar al nuevo universitario sobre los aspectos formativos que debe potenciar antes de iniciar la carrera propiamente dicha.

Terricabras resaltó ayer que los rectores catalanes son los únicos de España que han reflexionado sobre la necesidad de instaurar un nuevo sistema de selección de ingreso a la universidad ante los cambios que ha provocado la reforma educativa, entre ellos la desaparición del curso de orientación Universitaria, COU. En opinión de Terricabras, el nuevo modelo ya debería aplicarse el próximo curso.

Archivado En