Paradores renuncia a operar en Cuba por temor a padecer la ley Helms-Burton

La sociedad estatal española Paradores Nacionales de Turismo va a renunciar, por ahora, a poner en marcha ocho establecimientos hoteleros en Cuba tal y como tenía previsto hacer. Esta decisión obedece a dos razones: la preocupación que suscita la ley norteamericana Helms-Burton entre los inversores y el deseo del nuevo Gobierno español de no impulsar el turismo en la isla a través de una empresa pública.A principios de año, el director de Paradores, Eduardo Moreno, firmó con el Ministerio de Comercio y Turismo de Cuba y con la compañía cubana Rumbos un acuerdo marco que preveía abrir en la isl...

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La sociedad estatal española Paradores Nacionales de Turismo va a renunciar, por ahora, a poner en marcha ocho establecimientos hoteleros en Cuba tal y como tenía previsto hacer. Esta decisión obedece a dos razones: la preocupación que suscita la ley norteamericana Helms-Burton entre los inversores y el deseo del nuevo Gobierno español de no impulsar el turismo en la isla a través de una empresa pública.A principios de año, el director de Paradores, Eduardo Moreno, firmó con el Ministerio de Comercio y Turismo de Cuba y con la compañía cubana Rumbos un acuerdo marco que preveía abrir en la isla hasta ocho hoteles, cuatro en los tres primeros años, en edificios de reconocido valor histórico.

Argentaria proyectaba financiar la inversión, evaluada en una primera etapa en unos 2.000 millones de pesetas, pero la explotación iba a ser cedida a una sociedad mixta formada en un 70% por Paradores y en un 30% por Gran Caribe, una empresa cubana. El dinero que recaudase sería destinado en primer lugar a reembolsar al inversor y después a pagar a la gestora.

Tras la elaboración de los estudios de viabilidad, el acuerdo definitivo tenía que ser suscrito en julio, pero Carlos Díaz, director general de Turismo en España, confirma que "se va por lo menos a ralentizar". "Dos variables aconsejan el aplazamiento, el cambio de Gobierno en España y los problemas que EE UU puede crear a los inversores en Cuba", añade.

"Hay que estar más atentos a la defensa de los intereses de los empresarios españoles del sector turístico que operan en la isla que lanzarse a nuevas aventuras", prosigue Díaz. "Otras empresas extranjeras también difieren sus decisiones con relación a Cuba". "Es lo más sensato", concluye.

Aprobada en marzo, la Ley Helms-Burton prevé sanciones para las empresas que "trafiquen" en Cuba con antiguas propiedades estadounidenses, o de cubanos que hayan adquirido la nacionalidad norteamericana, confiscadas por el régimen de Fidel Castro. Paradores ignora si alguno de los cuatro primeros emplazamientos elegidos para transformarlas en hotel perteneció a algún ciudadano o a una sociedad de EE UU.

El Gobierno español ha decidido además cortar la ayuda oficial a Cuba aunque sus miembros han hecho declaraciones contradictorias sobre si se suspenderán todas las partidas o se mantendrá la cooperación educativa y cultural y la ayuda humanitaria entregada a las autoridades cubanas.

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Antes de que llegase Paradores, otras dos empresas públicas españolas estaban ya presentes en Cuba. Tabacalera, que prefinancia cada año la cosecha de tabaco, y Argentaria que, junto con la cubana Habaguanex, ha remodelado la Lonja de Comercio de La Habana para convertirla en un centro de negocios cuya inauguración está prevista este verano.

Cemex de México, la tercera cementera mundial, anunció esta semana que se retiraba de Cuba a causa de la Ley Helms-Burton.

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