Pujol rechaza que Rigol presida el Senado para no dar la imagen de que hay algún acuerdo con el PP

El rechazo de Jordi Pujol a permitir que Joan Rigol, presidente de Unió Democrática, el segundo partido de la coalición CiU, sea el nuevo presidente del Senado ha colocado las relaciones entre ambas formaciones en uno de los peores momentos de su historia. Para hoy está convocado el comité de enlace de ambos partidos, que deberá buscar una solución al conflicto. Pero ayer ninguna de las dos partes se había movido ni un ápice en sus posiciones, según explicaron fuentes de Unió, que se mostraron muy pesimistas. Pujol se opone a que Rigol sea el presidente del Senado porque aceptar este cargo tra...

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El rechazo de Jordi Pujol a permitir que Joan Rigol, presidente de Unió Democrática, el segundo partido de la coalición CiU, sea el nuevo presidente del Senado ha colocado las relaciones entre ambas formaciones en uno de los peores momentos de su historia. Para hoy está convocado el comité de enlace de ambos partidos, que deberá buscar una solución al conflicto. Pero ayer ninguna de las dos partes se había movido ni un ápice en sus posiciones, según explicaron fuentes de Unió, que se mostraron muy pesimistas. Pujol se opone a que Rigol sea el presidente del Senado porque aceptar este cargo transmitiría a la opinión pública y al PP la idea de que el pacto de los conservadores y los nacionalistas ya está hecho.

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Unió emplazó el sábado a Pujol a que reabra la negociación con el PP sobre la composición de las Mesas del Congreso y el Senado. Y recordó que los acuerdos a que llega CiU no son válidos si no los ratifica cada uno de los dos partidos. Pero los propios dirigentes de Unió consideraban ayer que es muy dificil que Pujol acepte un ultimátum de este tipo. Fuentes de Unió indicaron ayer que la única posibilidad de conseguir que Rigol sea el nuevo presidente del Senado depende de que José María Aznar quiera tener un gesto de buena voluntad. Este gesto consistiría en aceptar que ceder a Unió la presidencia del Senado no tiene relación alguna con la negociación para la investidura del presidente del Gobierno. Y en que, por lo tanto, no exigiera contrapartidas para ello.

El PP tiene mayoría absoluta en el Senado, por lo que no necesita para nada el apoyo de ningún otro grupo a la hora de elegir el presidente de esta Cámara. La constitución de las Cámaras legislativas surgidas de las elecciones del 3 de marzo está convocada para pasado mañana. Y el PP llegó la semana a un acuerdo con el negociador de CiU, Joaquim Molins, para que los conservadores, en su condición de fuerza más votada, accedan a la presidencia del Congreso y a la del Senado. Unió aspiraba a la presidencia del Senado.

El propio Rigol defendió ayer en una entrevista radiofónica la conveniencia de situar a un nacionalista en la presidencia de la Cámara alta. Un nacionalista en ese puesto contribuiría a que la reforma del Senado "se haría en la línea de las comunidades que tienen más fuerza y consistencia autonomista". En opinión de Rigol, la negativa de Convergència a su candidatura "es un olvido que se puede reconducir".

Duran reiteró ayer que los democristianos están dolidos porque tanto el PP como el PSOE apoyaban la candidatura de Rigol y, por lo tanto, ha sido sólo Convergència la que le ha cerrado el paso. Si no corrige esta actuación, añadió, "esto no ayudará en absoluto en el futuro a las relaciones entre los dos partidos".

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La decisión adoptada por Pujol en este asunto ha reforzado la convicción de sus aliados democristianos de que el presidente de la Generalitat quiere ningunearles. Entre Unió y Convergència ha crecido en los últimos años un recelo mutuo, que salta en cada ocasión en que deben repartirse cargos o candidaturas. Pero hasta ahora, Convergència no se había atrevido a ir tan lejos como para impedir el acceso a un cargo de tanto relieve político como la presidencia del Senado al presidente de su partido aliado.

En Convergència hay un nutrido sector que es partidario de romper la coalición con Unió, porque considera que si los democristianos acudieran solos a las urnas quedarían muy lejos de obtener el 25% de todos los cargos que tienen en CiU.

Aznar y el electorado de CiU

Aznar hizo ayer por segunda vez en pocos días una aproximación a las actitudes del electorado nacionalista catalán. La primera fue la entrevista por TV-3, el jueves pasado, en la que hizo un extraordinario elogio de la lengua catalana. En una larga entrevista que ayer publicó el diario Avui, el aspirante a presidente del Gobierno afirma, entre otras cosas, que "hay que mejorar el encaje de Cataluña en España y a mí me gustaría ser el artífice de la mejora".

Ésta es la primera vez que Avui -diario nacionalista aparecido en 1976 y muy vinculado a los medios convergentes- publica una entrevista con un candidato a la presidencia del Gobierno. Ni Felipe González ni Adolfo Suárez fueron nunca entrevistados en sus páginas, según fuentes del propio diario.

A propósito de la reclamación de CiU para que el Estado destine cada año 250.000 millones más de pesetas a Cataluña, Aznar elude dar una respuesta concreta. Pero añade: "Hay que estudiar los distintos componentes de la financiación y la inversión, en Cataluña y en cualquier otra parte de España. También es verdad que Cataluña paga más dinero del que recibe".

En relación a la delegación de servicios a las autonomías, Aznar afirma que la Constitución sólo excluye delegar las relativas a "seguridad, defensa, justicia, y política exterior y económica".

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