Pedro de Silva: "Mi novela da liebre por gato"

El ex presidente de Asturias intenta en 'Dona y Deva' una "sinfonía de géneros"

Corre el año 2035. Un periodista, Charles Graves, recibe por el correo interactivo de su ordenador un mensaje del Miami Herald para que escriba un análisis sobre la nueva experiencia puesta en marcha en la República Independiente de Euskadi: la gestión directa y continua de gobierno por parte de los ciudadanos expresada minuto a minuto a través de una teleencuesta. Europa es una confederación presidencialista de ciudades independientes, aunque aún pervive un anciano rey que mantiene cierta cohesión sobre la confederación que forman lo que fueron España y Portugal. Los vehículos circulan a 250 ...

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Corre el año 2035. Un periodista, Charles Graves, recibe por el correo interactivo de su ordenador un mensaje del Miami Herald para que escriba un análisis sobre la nueva experiencia puesta en marcha en la República Independiente de Euskadi: la gestión directa y continua de gobierno por parte de los ciudadanos expresada minuto a minuto a través de una teleencuesta. Europa es una confederación presidencialista de ciudades independientes, aunque aún pervive un anciano rey que mantiene cierta cohesión sobre la confederación que forman lo que fueron España y Portugal. Los vehículos circulan a 250 por hora, un periódico tiene 30 millones de lectores diarios y los poderes mediáticos quieren reimplantar la pena de muerte.

Dona y Deva (Alfaguara), la primera novela que Pedro de Silva, ex presidente de la comunidad autónoma de Asturias, firma con su nombre, tras Proyecto Venus Letal (1990) y media docena más de volúmenes entre poesía y ensayo, entre los que figuran El druida en el bosque y Miseria de la novedad, es ante todo una novela de anticipación. El protagonista indaga en el pasado -nuestro presente- para analizar la sociedad de su tiempo. "Lo fundamental para mí en una novela", afirma Silva, "es la trama, que sea divertida, ágil y apasionante, pero que a la vez contenga una reflexión profunda. En este sentido, mi novela da liebre por gato"."Dona y Deva, las dos mujeres sobre las que gira la vida del protagonista, representan la dialéctica de los grandes principios inspiradores del comportamiento humano: Apolo y Dionisio", declara el autor. El polo dionisiaco de la novela, conformado por una fuerte carga erótica y el recurso a las drogas, está expuesto con crudeza, en un estilo que indaga en las posibilidades del diálogo y en lo que el autor define como "una sinfonía de géneros".

"La idea del presente", dice Silva, "no agota la realidad. Me revelo y combato en la novela la tesis que identifica el presente con la realidad. Busco una coordenada vertical del tiempo, por lo que el personaje central, que está presentado de forma muy esquemática, vive en su época pero constantemente fantasea". Cada capítulo, cada tema, está perfectamente encardinado en un torrente de acontecimientos que trata de enganchar al lector desde la primera página. "Me gusta aquella reflexión de Graham Green en la que decía que trataba de inocular un elemento de inquietud en cada página".

Silva ha desarrollado y exacerbado las potencias de nuestra sociedad proyectándolas en un futuro verosimil. "La dialéctica entre los poderes mediáticos y los políticos, por ejemplo, la llevo a sus últimas consecuencias. El caos posible de los nacionalismos, la religión y los sincretismos el mestizaje, las tentaciones esotéricas... Aparece una sociedad diferente de la actual, pero cuyos elementos están estallando o a punto de estallar".

No cree Silva, sin embargo, que la novela de anticipación sea necesariamente de denuncia del presente y una advertencia sobre los males que nos acechan. "La sociedad que se trasluce en Dona y Devano es la peor de las posibles. Por el contrario, considero que es más libre, dionisiaca y caótica que la actual. En ella se pueden desarrollar mejor las potencias individuales y cabe una fuerza renovada de las minorías capaces de organizarse contra los dictados de los poderosos. La interactividad va a proporcionar mucho poder a los individuos que se afirmen desde cualquier punto de vista". Definitivamente, Silva se muestra optimista ante el futuro, "sobre todo en la medida en la que el desenlace de la novela tiene bastante de triunfo de la rebeldía".

Presidente de la Comunidad de Asturias durante casi una década, Pedro de Silva ha abandonado la actividad política y pública para dedicarse por entero a la abogacía y a su pasión literaria. "Toda escritura es evasión, huída de la realidad hacia un mundo alternativo, pero esto no quiere decir que yo sea conformista. Me siento feliz en el desasosiego que crean mis novelas. Bastante feliz y bastante libre".

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