Greenpeace reconoce que se equivocó con el crudo de la "Brent Spar"

La polémica desatada el pasado junio en torno a la plataforma petrolera Brent Spar ha dado un vuelco inesperado. Greenpeace acaba de reconocer que hizo mal sus cálculos y no sabe cuánto crudo hay en el tanque propiedad de la multinacional Shell.

Peter Melchett, director ejecutivo de la organización ecologista, así lo acaba de admitir en una carta remitida a la compañía angloholandesa. Aunque sigue defendiendo el desmantelamiento en tierra, su disculpa ha provocado una agria respuesta por parte del Ministerio de Industria. "Los ecologistas se han comportado como unos insensatos", ha ...

La polémica desatada el pasado junio en torno a la plataforma petrolera Brent Spar ha dado un vuelco inesperado. Greenpeace acaba de reconocer que hizo mal sus cálculos y no sabe cuánto crudo hay en el tanque propiedad de la multinacional Shell.

Peter Melchett, director ejecutivo de la organización ecologista, así lo acaba de admitir en una carta remitida a la compañía angloholandesa. Aunque sigue defendiendo el desmantelamiento en tierra, su disculpa ha provocado una agria respuesta por parte del Ministerio de Industria. "Los ecologistas se han comportado como unos insensatos", ha dicho su titular, Tim Eggar.Greenpeace ha pasado de la euforia a la desolación. Hace menos de tres meses, una de las campanas mejor orquestadas de su historia consiguió evitar el hundimiento de la plataforma frente a las costas de Escocia. El grupo esgrimió entonces unos estudios técnicos que cifraban en 5.500 toneladas los residuos guardados aún en la misma. Abandonada en el mar podría destruir la fauna marina en un radio de varios centenares de metros. Pero resulta que calculó mal. Las muestras de crudo extraídas no provenían del tanque propiamente dicho. Fueron sacadas de un depósito menos profundo y no reflejan el volumen de sustancias almacenado. "En realidad, no sabemos cuánto hay dentro", acaba de reconocer.

Durante el duelo entre la organización ecologista y la multinacional, aquélla apeló con éxito a la conciencia de sus simpatizantes. La Brent Spar se convirtió en un símbolo de la muerte lenta a que se exponen los océanos si las empresas petrolíferas deciden hundir todas sus instalaciones. La Shell no pudo resistir el boicoteo que incluyó episodios muy violentos, y el 20 de junio pasado la Brent Spar no se hundió en el mar.