No ser 'humillado', objetivo del Ejército

Después que el jefe del Ejército, el general Augusto Pinochet, afirmó que su institución está dispuesta a aceptar la sentencia que condenó a los ex-jefes de la DINA (policía política de la pasada dictadura), Manuel Contreras y Pedro Espinoza, la preocupación militar se ha desplazado al terreno de las formas. El Ejército desea a cualquier precio evitar que ambos sean detenidos con escarnio y humillación pública.Una detención del general retirado Contreras y del brigadier Espinoza, que sigue en servicio activo, con la prensa observándolos esposados, es intolerable para la institución arma...

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Después que el jefe del Ejército, el general Augusto Pinochet, afirmó que su institución está dispuesta a aceptar la sentencia que condenó a los ex-jefes de la DINA (policía política de la pasada dictadura), Manuel Contreras y Pedro Espinoza, la preocupación militar se ha desplazado al terreno de las formas. El Ejército desea a cualquier precio evitar que ambos sean detenidos con escarnio y humillación pública.Una detención del general retirado Contreras y del brigadier Espinoza, que sigue en servicio activo, con la prensa observándolos esposados, es intolerable para la institución armada. El sentido que parece tener, inicialmente, el desplazamiento de Contreras al regimiento Sangra es impedir esta humiIlación.

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Una analista política considerada cercana al Ejército, María Eugenia Oyarzun, escribió ayer en un diario que "al Ejército le preocupa que se humille a dos altos oficiales, uno de los cuales fue director de inteliencia". También les inquieta que haya una escalada en contra de la institución a través de la reactivación de procesos pendientes por atropellos a los derechos humanos.

Recordaba en su análisis que los mismos sectores de la izquierda chilena que no aceptan que Contreras, operado de un cáncer en el colon, cumpla su sentencia en un hospital, fueron partidarios de dar asilo al ex dictador de la antigua República Democrática Alemana, Erich Honecker, también aquejado de cáncer. Según este punto de vista, que Contreras vaya a la cárcel es una forma emblemática de humillar a Pinochet.

Aunque el Ejército no ha planteado abiertamente la posibilidad de una nueva ley de amnistía, el tema ya se instaló en la agenda política de la oposición. Además, parlamentarios de la derecha han pedido que finalice la ofensiva contra el Ejército, pues la institución se siente acosada.

El vicepresidente del derechista partido Renovación Nacional, el diputado Alberto Cardemil, ex subsecretario durante la dictadura, declaró ayer que las sentencia deben cumplirse con respeto, en lugar de regocijo que suscitó el fallo del caso Letelier.

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La ministra de Justicia, Soledad Alvear afirmó ayer que ambos condenados deben ir a establecimientos de gendarmería y descartó que el hospital militar sirva par ese fin, porque "no es una cárcel". Según ella, si Contreras resiste la detención, "la ley obliga a actuar por la fuerza. Eso lo decide el juez".

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