Muchas casetas y pocas sorpresas editoriales

La Feria del Libro, que se inauguró el viernes y estará abierta hasta el 11 de junio, ofrece este año 455 casetas. Para hacer más agradable el largo paseo se han colocado en el recorrido máquinas expendoras de refrescos, puestos de patatas fritas y aparatosas barracas de comida y bebida. Ayer abundaban los autores prestigiosos dispuestos a estampar su firma. En el Retiro lucía el sol y soplaba un ligero vientecito. Sin embargo, los curiosos eran pocos y acudían, en su mayoría, a la carpa de los libros electrónicos para jugar con los terminales de Anaya Interactiva, Zeta multimedia y Apple Comp...

La Feria del Libro, que se inauguró el viernes y estará abierta hasta el 11 de junio, ofrece este año 455 casetas. Para hacer más agradable el largo paseo se han colocado en el recorrido máquinas expendoras de refrescos, puestos de patatas fritas y aparatosas barracas de comida y bebida. Ayer abundaban los autores prestigiosos dispuestos a estampar su firma. En el Retiro lucía el sol y soplaba un ligero vientecito. Sin embargo, los curiosos eran pocos y acudían, en su mayoría, a la carpa de los libros electrónicos para jugar con los terminales de Anaya Interactiva, Zeta multimedia y Apple Computer.

La Feria del Libro ha vuelto este año con mayor número de casetas, pero sin que se hayan modificado las técnicas de venta. La oferta es prácticamente idéntica a lo largo del recorrido. Los títulos se repiten en casi todos los locales. La mayor novedad, sin duda, es la carpa dedicada a los libros electrónicos. Un pabellón de 600 metros cuadrados donde se concentraban ayer la mayoría de los visitantes que habían decidido acercarse al Retiro a dar una vuelta.El éxito de la edición electrónica es un hecho. En la Feria Internacional del Libro de Francfort, celebrada el pasado mes de octubre, se le dedicó un espacio de 9.000 metros cuadrados, Prácticamente el doble que el año anterior. Por si a alguien le queda alguna duda de que ahí está el futuro, ayer en la carpa de los ordenadores Apple el encargado de información era un niño de 11 años.Ganchos literarios

Fuera de la carpa, los autores servían de gancho de venta. Los altavoces y los carteles anunciaban, la presencia de Alfredo Bryce Echenique, Carmen Martín Gaite, Ángeles Caso, Luis Mateo Díez, Antonio Gala, Miguel Gila, Ignacio Carrión, José Luis de Vilallonga, Manuel Leguineche, Javier Sádaba, José María Carrascal, Alfonso Ussía, Antonio Mingote,. Fernando Vizcaíno Casas, Daniel Múgica y Raul del Pozo, entre otros muchos.

Vestido con una impecable camisa rosa, el jersey jaspeado sobre los hombros, un pañuelo de seda al cuello y, entre las piernas, un bastón con empuñadura de plata, Gala esperaba paciente a sus lectores. "¡Mira que está bien este hombre y tiene más años que Matusalén!", comentó un señor al verle. Dos mujeres, entraditas en años, se acercaron. arrobadas al escritor. "¡Qué moreno está, don Antonio!". Con una sonrisa, Gala firmó a sus admiradoras un ejemplar de Más allá del jardín, mientras les aconsejaba darse un paseo por el susodicho para mejorar el color.

Unas casetas más allá, Carrascal mostraba la corbata azul turquesa que había elegido para la Feria. Al verle, una señora se acercó chillando. ¿Iría a insúltarle? Pues, no. Eran gritos de amor. "¡Por culpa de usted no podemos dormir! Es el único que vale. la pena en televisión y siempre nos quedamos esperándole".

En el apartado de curiosidades, la Feria ofrece este año un buen puñado de títulos. Por ejemplo: Porqué me parezco a mi padre, Razones para vivir, Oraciones para rezar en la calle, Cúrese usted mismo como por arte de magia o los libros más pequeños del mundo "con las más nobles enseñanzas". Entre los artículos de complemento mandan las camisetas. Las hay republicanas, en la caseta de la librería Miguel Hernández, y literarias para los que decidan llevarse el libro puesto.