Las facultades de Medicina, abiertas a modificar la estructura de la carrera

Los decanos temen una ruptura del actual sistema de acreditación profesional

La Conferencia de Decanos de Medicina remitió ayer a los ministros de Educación y Ciencia y de Sanidad un documento en el que por primera vez se apunta la posibilidad de una modificación de la actual estructura de la carrera de medicina por parte de las autoridades académicas.Las facultades se muestran abiertas a estudiar con los ministerios implicados la posible incorporación al "periodo clínico de la licenciatura" de una parte de la formación específica en medicina general que demanda la directiva comunitaria. En la actualidad, el periodo de formación clínica comienza a partir del tercer cur...

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La Conferencia de Decanos de Medicina remitió ayer a los ministros de Educación y Ciencia y de Sanidad un documento en el que por primera vez se apunta la posibilidad de una modificación de la actual estructura de la carrera de medicina por parte de las autoridades académicas.Las facultades se muestran abiertas a estudiar con los ministerios implicados la posible incorporación al "periodo clínico de la licenciatura" de una parte de la formación específica en medicina general que demanda la directiva comunitaria. En la actualidad, el periodo de formación clínica comienza a partir del tercer curso de la licenciatura.

Tal posibilidad fue también sugerida la semana pasada por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), al proponer la recuperación de la figura del médico interno residente, que rotaría por las diversas especialidades médicas durante un año. Este año podría, según la propuesta de la CESM, integrarse en la licenciatura.

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En su documento, los decanos advierten sobre la posibilidad efectiva de que la solución que se dé al problema planteado suponga, a medio plazo, una modificación sustancial del actual sistema universitario de acreditación profesional.

La exigencia de una directiva de la UE de que los licenciados en medicina reciban una formación complementaria de dos años para poder ejercer en la sanidad pública supone, de hecho, una brecha en el tradicional sistema de la formación profesional auperior que, en España, está atribuida en exclusiva a las un¡versidades.

Las facultades de Medicina temen que "una regulación inadecuada de este proceso puede iniciar una modificación del sistema universitario actual en cuanto a su función de preparar para el ejercicio de actividades profesionales".

En este mismo sentido, los decanos rechazan "cualquier solución que vacíe de contenido el título de licenciado en Medicina o suponga un menoscabo de las funciones que el ordenamiento vigente atribuye a los centros universitarios". "Reiteramos añaden los responsables académicos de la enseñanza de la Medicina, "nuestro ofrecimiento de participación en la elaboración y desarrollo del programa de formación específica en medicina general".

Que Educación se implique

La Conferencia reclama, por otra parte, que "Educación y Ciencia acoja y dé cauce adecuado a las legítimas aspiraciones de las universidades españolas y sus facultades de Medicina, y asuma de forma explícita su participación destacada en este proceso". Los decanos están preocupados por el clima de "incertidumbre y conflictividad" en que viven profesores y estudiantes en estos momentos y su repercusión negativa en la normalidad y rendimiento académicos.

Desde que estalló el conflicto, los responsables de Educación y Ciencia han reiterado que será necesaria una mayor limitación del número de alumnos que puedan empezar la carrera para paliar de este modo la inadecuada relación entre la oferta de posgrado del sistema MIR y el numero de los alumnos que se gradúan cada año.

Pero las facultades condicionan esa medida a que la Administración previamente proporcione a las autoridades universitarias las "previsiones sobre necesidades médicas del país en las próximas décadas".

Por último, los decanos demandan "prontitud" en las soluciones, dado el escaso tiempo que falta para que se licencien los primeros afectados por la directiva comunitaria. Y ello sin olvidar a los ya licenciados que se encuentran en expectativa de acceder a una formación de posgrado.

Entre la espada de la UE y la pared del MIR

El documento remitido ayer a Educación y Sanidad por la Conferencia de Decanos de Medicina reitera los principios que deben quedar garantizados en la regulación del sistema de formación específica en Medicina General:

- Acceso voluntario de todos los médicos que no se incorporen a un sistema de formación especializada.

- Calidad de formación, homologable a la del resto de los países de la UE.

- Retribución del periodo de formación, de acuerdo con las responsabilidades que se le asignan en la directiva comunitaria.

-Homogeneidad en el sistema o sistemas de formación y acreditación para el ejercicio de la medicina general, evitando que coexistan sistemas que puedan tener distinta valoración para el acceso a la actividad profesional.

- El sistema que se adopte no debe modificar los objetivos esenciales de las facultades de Medicina.

- Debe producirse una integración de los recursos de las instituciones universitarias y sanitarias, con la participación adecuada de las facultades de Medicina en la acreditación, tutela y desarrollo de este periodo formativo.

Los responsables de la formación universitaria de los médicos se suman, así, a la permanente exigencia de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG) que no acepta la dualidad de denominaciones". La SEMG ha recordado, con motivo del actual conflicto, que la "denominación profesional única, en concordancia con la denominación académica (título de la formación específica / especializada) es la condición indispensable para terminar con la discriminación hacia los médicos generales", un colectivo compuesto en la actualidad por 40.000 profesionales.

Este rechazo a la "dualidad" en la formación y en las titulaciones pone de manifiesto la permanente tensión existente entre los médicos generales y los que se han formado dentro del sistema MIR en la especialidad de Med¡cina de Familia y Comunitaria. La directiva de la UE habla de la exigencia de una formación especifica en medicina general, de al menos dos años de duración.

Sanidad y Educación se encuentran entre la espada de la directiva comunitaria y la pared que supone haber identificado siempre la formación en medicina general impuesta por la UE con la de la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria del sistema MIR, de tres años de duración y remunerada.

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