El vuelco de Unicef y Cruz Roja

Los cálculos de Unicef se han visto desbordados por los cuatro costados. Su portavoz, Cristóbal Marín, se muestra "féliz" y "sorprendido" por el gran éxito de la campaña en España. Esta organización de la ONU había previsto obtener alrededor de 5.000 millones de pesetas en todo el mundo. En el reparto por países calculaba que la aportación española fuese de unos 40 millones. Sin embargo, cuando aún no ha concluido agosto, España ya ha enviado 200 millones de pesetas; o sea, cinco veces más de lo que Unicef Internacional esperaba captar hasta final de año. Y otros 100 millones van a ser enviado...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los cálculos de Unicef se han visto desbordados por los cuatro costados. Su portavoz, Cristóbal Marín, se muestra "féliz" y "sorprendido" por el gran éxito de la campaña en España. Esta organización de la ONU había previsto obtener alrededor de 5.000 millones de pesetas en todo el mundo. En el reparto por países calculaba que la aportación española fuese de unos 40 millones. Sin embargo, cuando aún no ha concluido agosto, España ya ha enviado 200 millones de pesetas; o sea, cinco veces más de lo que Unicef Internacional esperaba captar hasta final de año. Y otros 100 millones van a ser enviados en fechas próximas. La solidaridad de los españoles ha hecho que ya se haya recogido más dinero del que, por ejemplo, espera recaudar para esta causa en Estados Unidos.Una ONG no se ha visto beneficiada con esta explosión de solidaridad. La dimisión de Carmen Mestre como presidenta de Cruz Roja Española al conocerse los datos de su mala gestión al frente de la institución ha sido la causa de que la mayor organización humanitaria del país no se sitúe en los primeros puestos en este ránking de emergencia. "Somos conscientes de que nos toca pasar la travesía del desierto", explica el nuevo presidente, Juan Manuel Suárez del Toro.

Pero el potencial de Cruz Roja a nivel internacional sigue intacto y, por tanto, su presencia en el conflicto ha sido decisiva. Ayer, Antonio Bruel, coordinador general de la organización en España, explicaba que la tragedia de Ruanda es "la mayor catástrofe humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial". "La situación supera cualquier límite, de manera que, por primera vez, Cruz Roja ha tenido que enviar equipos enteros de psicólogos para atender a los delegados que llevan allí hasta cuatro años trabajando. Andar cada mañana entre muertos es muy duro. Y, como mínimo, queda un año de fuerte tensión".

Archivado En