Una botica de nueve meses

La ingenienía genética investiga nuevos usos terapéuticos de la placenta humana



Tiene: de todo, como en botica. La placenta contiene tal riqueza de: minerales, aminoácidos, proteínas y enzimas que es una potencial mina de medicamentos y productos cosméticos. A partir de la sangre que contiene se obtiener derivados hematológicos que ahorran miles de litros (le plasma y de sus tejidos se obtienen cremas antiarrugas y crecepelos. Pero ahora la ingeniería genética abre nuevas vías (le aprovechamiento de estos Órganos redondos y rosados. Un equipo de científicos estadounidenses intenta curar las inmunodeficiencias con células modificadas genéticamente procedente...

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Tiene: de todo, como en botica. La placenta contiene tal riqueza de: minerales, aminoácidos, proteínas y enzimas que es una potencial mina de medicamentos y productos cosméticos. A partir de la sangre que contiene se obtiener derivados hematológicos que ahorran miles de litros (le plasma y de sus tejidos se obtienen cremas antiarrugas y crecepelos. Pero ahora la ingeniería genética abre nuevas vías (le aprovechamiento de estos Órganos redondos y rosados. Un equipo de científicos estadounidenses intenta curar las inmunodeficiencias con células modificadas genéticamente procedentes de la placenta.

Con esta nueva técnica de ingeniería genética pretenden salvar la vida e incluso llegar curar definitivamente a dos bebés estadounidenses. Los pequeños sufren una grave inmunodeficiencia que les obligaría a vivir aislados en una burbuja estéril si no se corrige. Las células maestras (de donde se derivan manchas otras como los glóbulos rojos y blancos) carecían del gen que ordena la producción (de un enzima esencial para el correcto funcionamiento del sistema inmunológico: la adenosina desaminasa (ADA). La ingeniería genética abre una vía más de utilización de un órgano que mantiene vivo al feto durante el embarazo.

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Un disco vital

La placenta un complejo órgano en forma de disco que se fija a, la pared del útero- lo es todo para el feto: a ella está unido por el cordón umbilical, a través de ella recibe sangre, alimentos y protección. Cuando el niño nace, sale también la placenta, en el llamado "alumbramiento".

"Es un órgano importantísimo, aunque sus tejidos son muy simples, con dos tipos de célullas", dice José Antonio Usandizaga, jefe de la matemidad del hospital de La Paz y catedrático de Ginecología de la Universidad Autónoma de Madrid. En la placenta se produce el intercambio de oxígeno entre, la sangre materna y la fetal.

La placenta es una caja de sorpresas: es una bomba metabólica, un filtro para los alimentos y una poderosa y sutil máquina de defensa. "Si la placenta no tuviese esa función inmunológica el cuerpo de la gestante rechazaría al hijo, que tiene células también paternas", aclara Usandizaga. "Precisamente este cometido de la placenta es en lo que se basan para intentar subsanar la inmunodeficiencia", añade.

Además fabrica gran cantidad de hormonas (estrógenos y progesterona) y protege al feto frente a unas cuantas sustancias, transformándolas o degradándolas. "Es un material vivo importantísimo", continúa el catedrático, "pero una vez fuera del cuerpo pierde gran parte de sus propiedades",. Toda las utilizaciones potenciales de la placenta se ven restringidas por la degradación que sufren sus componentes. Sin embargo la industria farmacéutica aprovecha ese material para elaborar medicamentos y cosméticos.

Los órganos se guardan en bolsas individuales que luego depositan en neveras instaladas en las maternidades. Una furgoneta frigorífica de los laboratorios las recoge cada mes aproximadamente. El Ministerio de Sanidad considera a las placentas material de desecho y se las cede a la empresa farmacéutica francesa PasteurMerieux.

Esta empresa extrae de la sangre de la placenta albúmina humana, una sustancia que se utiliza en situaciones de urgencia (quemaduras graves y choque hemorrágico) y permite ahorrar 1.000.000 de litros de plasma al año (que equivalen al doble de litros de sangre).

El otro producto que elaboran es un enzima llamada glucocerebroxidasa, que en caso de ser insuficiente en el cuerpo humano produce un trastorno metabólico poco frecuente pero muy grave: la enfermedad de Gaucher. El laboratorio francés Pasteur-Merieux recoge 4.400 toneladas de placenta al año (no especifican qué cantidad obtiene en España) en 8.000 maternidades "seleccionadas", especialmente en Europa, América del Norte y Asia.

Los responsables de esta industria farmacéutica aseguran que no las compran, sólo se encargan de los costes de manutención de las neveras donde se guardan y del transporte. El administrador de la clínica Nuestra Señora del Rosario de Madrid calcula que perciben por este concepto unas 60.000 pesetas anuales.

Seguridad frente al sida

La compañía francesa afirma que el método de fabricación elimina cualquier posibilidad de contagio de enfermedades como el sida o la hepatitis. En el proceso para fraccionar la sangre de la placenta se utiliza el método de Cohn (con alcohol). Además se purifica con cloroformo y mediante cromatografía y luego se pasteurizan los frascos con el producto final a 60 grados centígrados durante 10 horas.

El doctor Rafael de Andrés, subdirector del Instituto de Biología Celular y Retrovirus Carlos III, considera que este procedimiento "es más que suficiente para eliminar la posibilidad de contagio de sida". El laboratorio señala además que hay unas directrices rigurosas de selección de las placentas en las maternidades. Según sus responsables, se rechazan "las placentas de mujeres que sufren alguna enfermedad de transmisión sanguínea".

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