Paul Bowles: "No hay país en Europa que admire más que España"

El escritor asistió emocionado a un concierto de sus obras en Madrid

El escritor norteamericano Paul Bowles, afincado desde hace casi sesenta años en Tánger, es reacio a abandonar su residencia y su soledad. Hizo ayer una excepción para acudir al concierto homenaje que la editorial Alfaguara le dedicó en el teatro María Guerrero de Madrid. Se interpretaron dos composiciones musicales suyas, Música para una farsa (1938) y Concierto para dospianos (1946 / 47), a cargo de El Grupo Círculo, que dirige José Luis Temes. Emocionado, pero sin dar muestras de sentimentalismo, Bowles agradeció la oportunidad de volver a España.

Paul Bowles tenía puesto ayer por la...

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El escritor norteamericano Paul Bowles, afincado desde hace casi sesenta años en Tánger, es reacio a abandonar su residencia y su soledad. Hizo ayer una excepción para acudir al concierto homenaje que la editorial Alfaguara le dedicó en el teatro María Guerrero de Madrid. Se interpretaron dos composiciones musicales suyas, Música para una farsa (1938) y Concierto para dospianos (1946 / 47), a cargo de El Grupo Círculo, que dirige José Luis Temes. Emocionado, pero sin dar muestras de sentimentalismo, Bowles agradeció la oportunidad de volver a España.

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Paul Bowles tenía puesto ayer por la mañana, durante un encuentro con la prensa, un jersey amarillo. Por la tarde, cuando llegó en un lujoso coche azul al teatro María Guerrero al concierto en homenaje que le dedicaba la editorial Alfaguara, no llevaba la prenda que, por su color, habría levantado suspicacias entre los supersticiosos del gremio. Aunque uno de sus acompañante llevaba el jersey amarillo en la mano, por si acaso. Bowles llegó vestido con un elegante traje azul y, a sus 82 años, se movía con lentitud y prudencia apoyado en su bastón. Paul Bowles no escuchaba un concierto suyo desde hacía décadas y solo en escasas ocasiones ha abandonado Tánger, la ciudad donde vive desde hace sesenta años, para viajar fuera. Además odia el avión. "He venido a Madrid con la esperanza de escuchar mi música", afirmó antes de que se iniciara el concierto. "Pero no solo he venido por eso sino porque quería volver a ver Madrid, a donde no había regresado desde 1953. No hay país en Europa que admire más que España", concluyó.Numeroso público entre el que se encontraban músicos e intelectuales como los escritores Juan José Millás, Vicente Molina Foix o Luis Antonio de Villena, además del director general del Libro, Federico Ibáñez, o la actriz Esperanza Roy, recibieron con aplausos la breve intervención del autor de El cielo protector.

Previamente el director de la editorial Alfaguara, Juan Cruz, había hecho una introducción en la que destacaba la importancia de tener al escritor en ese homenaje. "Parece un milagro que una editorial y un grupo de amigos y admiradores hayamos logrado traer a Bowles a Madrid para celebrar no solo su obra literaria sino también la musical, después de 40 años de ausencia".

Emilio Sanz de Soto, amigo de Bowles y uno de los responsables de haberle hecho viajar a España, habló sobre la necesidad de reconocer no solo el interés del escritor por España en su obra y la de autores como García Lorca, sino en su temprano apoyo a la República, durante la guerra civil española.

Modestia

Por la mañana Bowles había manifestado su deseo de escuchar sus antiguas piezas musicales, compuestas en los años 30 y 40, por lo general para obras teatrales y películas. Su modestia lo llevó a no destacar el valor de su obra musical. "No puedo decir que sea un gran compositor.

Hago solo lo que me gusta. Mi música es sencilla, sin decoración. Si tuviera que criticarla diría que no tiene suficiente técnica. Aunque tampoco puedo decir que tenga suficiente técnicapara escribir literatura", dijo.

Sin embargo, José Luis Temes, director del Grupo Círculo que interpretó el concierto del escritor, estudió éstas y otras piezas de Bowles y tiene una idea distinta. "Tal vez él no lo aprecie pero la suya es la música de un profesional", apunta Temes. "Alguien que se ha visto en la situación de hacer obras por encargo para el teatro no puede desconocer la técnica y las partituras que nos ha dejado lo prueban".

Paul Bowles fue músico antes que escritor. A finales de los años 20 estudió con Aaron Copland y Nadia Boulanger. En los siguientes quince años escribió algunas obras musicales para el teatro y el cine con colaboraciones para Orson Welles y Tennessee Williams. Cuando dejó la música por la literatura dejó también la gran ciudad por el aislamiento cerca del desierto.

"No he abandonado la música, pero uno solo tiene una cabeza y dos manos y 24 horas al día. La música fue mi manera de ganarme la vida en Broadway. Tenía que estar en el ambiente para que me hicieran encargos, pero no podía hacer lo mío. Escribí una novela que se vendió bien, después otra y otra y al fin pude irme de Estados Unidos. No he vuelto desde 1968 y no creo que vuelva, sobre todo a Nueva York que es donde nací. Todo está muy deteriorado allí. Prefiero, estar en Marruecos. Si uno es" cribe puede estar fuera, si escribes música tienes que estar cerca de los teatros", manifestó ayer Bowles en un desayuno con un grupo de periodistas.

"La idea de la música me interesa mucho. Ahora solo escribo y no tengo tiempo ni ganas para la música, pero me interesa más que la literatura. Es contradictono, pero es así", afirma.

En estos momentos Bowles no está escribiendo nada, pero advierte que es algo sólo transitorio. "Acabo de terminar una partitura teatral. Es algo que he hecho en los dos últimos años ayudado por una máquina infernal, un sintetizador, pero sin él parece que ya no se puede trabajar".

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