En el mayor de los sigilos

El sigilo más absoluto está acompañando el último tramo de las negociaciones para la compra por parte del Estado español de la colección Thyssen. Tras el torrente informativo que suscitó el inesperado anuncio de los barones Thyssen en Barcelona, el pasado 12 de febrero, de que el acuerdo se firmaría en el plazo de uno o dos meses, las dos partes llegaron al acuerdo de mantener en secreto los trámites definitivos hasta su anuncio oficial.Nadie ha soltado prenda, aunque las risueñas caras de los implicados en la negociación presagiaban ya hace semanas que algo positivo estaba ocurriendo. Todas l...

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El sigilo más absoluto está acompañando el último tramo de las negociaciones para la compra por parte del Estado español de la colección Thyssen. Tras el torrente informativo que suscitó el inesperado anuncio de los barones Thyssen en Barcelona, el pasado 12 de febrero, de que el acuerdo se firmaría en el plazo de uno o dos meses, las dos partes llegaron al acuerdo de mantener en secreto los trámites definitivos hasta su anuncio oficial.Nadie ha soltado prenda, aunque las risueñas caras de los implicados en la negociación presagiaban ya hace semanas que algo positivo estaba ocurriendo. Todas las partes consultadas han mantenido a rajatabla el pacto de silencio. La baronesa, a la que todos señalan como la artífice de la operación, abandonó su habitual locuacidad y se refugió en su círculo íntimo evitando cualquier aproximación a la prensa. Fuentes de la negociación admitían la buena marcha del proceso jurídico, aunque indicaron que faltaban por resolver aspectos técnicos imprescindibles para lograr la firma del Estado.

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La misma reserva mostró ayer el subsecretario de Cultura, Santiago de Torres: "Las negociaciones se cerrarán cuando estén absolutamente atadas", dijo. A la pregunta de si el tema se tratará en el próximo Consejo de Ministros, que se celebrará el viernes 21, el catalán De Torres respondió a la gallega: "Es posible que sí y es posible que no". El subsecretario afirmó que la máxima prudencia ha presidido tanto las negociaciones como la información sobre ellas y que así continuará hasta que se haga pública la compra.

Nadie ha querido explicar cómo se ha solventado el que se había convertido, según el barón, en el principal escollo para la firma definitiva: la minoría de edad de su hijo pequeño, Alexander, de 18 años, de acuerdo con las leyes suizas (en Suiza la mayoría de edad es a los 20 y el pacto de herencia está sujeto a leyes suizas). La madre de Alexander y ex esposa del barón, Denise Shorto, ha ido planteando objeciones de manera sistemática.

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