Sábato: "Argentina va hacia el abismo"

La Universidad de Buenos Aires homenajea al escritor de 81 años

El escritor argentino Ernesto Sábato, de 81 años, físicamente agotado y "profundamente triste" por la ausencia de su esposa Matilde, enferma desde hace siete años, recibió el miércoles el doctorado honoris causa de la Universidad de Buenos Aires en uno de los escasos actos de reconocimiento público y de homenaje que le han hecho en su país. Tras dos meses de silencio por prescripción facultativa, Sábato se despachó a gusto en contra del Gobierno de Menem -"Argentina camina hacia el abismo"- y recomendó a los jóvenes la pasión y la intuición como guías -"nada de lo que se haga sin pasión vale l...

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El escritor argentino Ernesto Sábato, de 81 años, físicamente agotado y "profundamente triste" por la ausencia de su esposa Matilde, enferma desde hace siete años, recibió el miércoles el doctorado honoris causa de la Universidad de Buenos Aires en uno de los escasos actos de reconocimiento público y de homenaje que le han hecho en su país. Tras dos meses de silencio por prescripción facultativa, Sábato se despachó a gusto en contra del Gobierno de Menem -"Argentina camina hacia el abismo"- y recomendó a los jóvenes la pasión y la intuición como guías -"nada de lo que se haga sin pasión vale la pena"-.

Ernesto Sábato, quien tenía "absolutamente prohibido" por los médicos conceder entrevistas para prevenir las emociones fuertes y las tensiones nerviosas, pidió "perdón" a los doctores y opinó sobre la situación política y económica del país. La misma tarde de su homenaje, la Cámara de los Diputados votó la nueva Ley de Educación y el escritor aprovechó la oportunidad para apoyar los reclamos de maestros, profesores y estudiantes en huelga porque consideran que este marco legal no garantiza el presupuesto para una educación pública y gratuita en todos los niveles."Es un horror y una vergüenza que hayan aprobado esta nueva ley", dijo Sábato, para quien el esfuerzo de llegar desde su casa en las afueras de la ciudad hasta el aula magna del Colegio Nacional de Buenos Aires, donde se realizó el acto, fue una toma de posición en defensa de la educación y la cultura "en momentos en que el país va hacia el abismo". A su juicio, "el país está en ruinas" por la aplicación de una política económica en la que no cree.

La Universidad de Buenos Aires, una de las pocas instituciones controladas por el Partido Radical, el más importante entre los de la oposición, concedió el doctorado a Sábato por su trayectoria, antecedentes y méritos intelectuales, morales y científicos. El presidente de la nación Carlos Menem; su hermano Eduardo, presidente del Senado, y el secretario de Ciencia y Tecnología del Gobierno, entre otras autoridades invitadas al acto, no asistieron y enviaron telegramas de adhesión y felicitación que fueron silbados por el público.

Tras la presentación de un libro, de un vídeo -Fragmentos de una memoria 1821-1991- y de los discursos de apertura en los que se destacó "la defensa de la dignidad y de la libertad del hombre" como síntesis de su tarea, Sábato se propuso decir "sólo cuatro palabras" que se convirtieron luego en el repaso de casi toda su vida. El autor de El túnel y Abaddon el exterminador pidió que consideren el título como si se lo hubieran concedido a Matilde, su esposa: "El ser que más me ayudó en una juventud y luego en una vida azarosa, llena de baches, pesimismos, entusiasmos, contradicciones. El ser que me levantó una y otra vez. Se lo dedico a quien hace siete años que sufre por tener que luchar además contra una persona imperfecta, tan alternativamente apasionada con ciertas cosas para luego caer en grandes depresiones. Yo no hubiera publicado ningún libro sin su sostén cotidiano, heroico".

Dedicado a la pintura

En la trayectoria de Ernesto Sábato se recordó, además de sus tres novelas y de ensayos, su última colaboración en la redacción del prólogo al libro Nunca más, el informe sobre los secuestros, torturas y desapariciones que sufrieron miles de personas durante la dictadura militar y que elaboró una Comisión Nacional presidida por el escritor. Desde entonces, a causa de una creciente miopía que casi le impide leer y escribir Sábato se dedica exclusivamente a la pintura.Al concluir su discurso dedicado en gran parte a los jóvenes estudiantes, Sábato recomendó la pasión y la intuición como guías. "Nada de lo que se haga sin pasión vale la pena. Yo casi siempre actúo por intuición, no creo casi nada en la razón, aunque no la menosprecio. Tampoco creo en el progreso de la humanidad. Esto no es efecticismo ni es cinismo. Significa aceptar la condición del hombre de carne y hueso. En el arte y en la poesía, en su sentido más grande, están también las grandes verdades de la condición humana".

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