Carmen Martín Gaite fue la novelista más vendida de la Feria del Libro de Madrid

Dos millones de personas visitaron en dos semanas la muestra, que vendió menos que en 1991

Carmen Martín Gaite se quitó su gorro de hada madrina (se había peripuesto para firmar en el Retiro) y dejó en la Feria del Libro de Madrid una estela de más de 1.500 ejemplares vendidos de Nubosidad variable (Anagrama), Esta cifra la convirtió en la novelista más vendida de la feria, sólo superada por dos libros de otros géneros, el Tratado de las buenas maneras (Planeta), de Alfonso Ussia (casi 3.000 ejemplares), y Adiós a la utopía (Espasa-Calpe), de José María Carrascal (más de 2.000). Los datos provisionales de la organización apuntan a que la muestra, abierta el 29 de mayo con lluvia y c...

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Carmen Martín Gaite se quitó su gorro de hada madrina (se había peripuesto para firmar en el Retiro) y dejó en la Feria del Libro de Madrid una estela de más de 1.500 ejemplares vendidos de Nubosidad variable (Anagrama), Esta cifra la convirtió en la novelista más vendida de la feria, sólo superada por dos libros de otros géneros, el Tratado de las buenas maneras (Planeta), de Alfonso Ussia (casi 3.000 ejemplares), y Adiós a la utopía (Espasa-Calpe), de José María Carrascal (más de 2.000). Los datos provisionales de la organización apuntan a que la muestra, abierta el 29 de mayo con lluvia y cerrada ayer también con lluvia, fue visitada por dos millones de personas, con unas ventas de 820 millones de pesetas, 10 menos que el año pasado.

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Nubosidad variable fue un título acertado para la feria, con cinco días de lluvia que según los organizadores pudieron restar 500.000 visitantes (en 1991 fue ron 2,5 millones). Ayer por la mañana se colocaron tarimas de madera para facilitar el paso y la empresa encargada de quitar el agua trabajó bajo el chaparrón. Según los datos oficiales, bajaron las ventas a plazos y subieron las de los libros sueltos.Durante el fin de semana, Martín Gaite le preguntó a una joven si había leído algo suyo. Y la joven respondió: Entre visillos, Retahílas, Usos amorosos de la posguerra española... "¡Esta es de las forofas!", dijo la escritora mientras le dedicaba Nubosidad variable. "Es que hay lectores que son de primera sangre y otros de los de siempre, de los de toda la vida". Y Carmen Martín Gaite la despidió con un delicioso sermón: "Leer es de los vicios más sanos, y de los que no tienen secuelas. Como mucho te haces un poco raro".

Para rara, la corbata de Carrascal, cuya manera de hablar, exacta a la de televisión, lo convierte en un ser como de otro planeta. "La gente me dice que debería salir antes y que contribuyo a que los españoles duerman poco". También le preguntan que dónde y quién le compra las corbatas. "Me las compra mi mujer en Nueva York", respondió sonriendo.

El libro de Carrascal, Adiós a la utopia, no estaba en la caseta del PCE, tras cuyo mostrador un convencido se empeñó en decir que el bajón de ventas no tenía que ver con la caída de ese sistema. "Sí vendíamos más el año pasado, pero es por la gente; este año hay menos gente en la feria".

Libertad provisional

Los fugitivos de la democracia y de la leyenda negra del fiscal general, Eligio Hernández, también firmaron en el Retiro. Rafael Sainz de Rozas y Rafael Ajangiz, ambos en libertad provisional por insumisos, animaron a los jóvenes a seguir su ejemplo con el volumen Objeción e insumisión (Fundamentos), del que son coautores. "Hay que ser objetor porque, en un país en el que la mayoría está en contra del servicio militar, es una manera de que la voluntad general vaya más allá de la ceguera de los gobernantes", resumió Sainz de Rozas. Ajangiz añadió: "Y hay que ser insumiso porque es la desobediencia civil más efectiva para lograr ese objetivo".La contraportada de este libro rebelde la escribió desinteresadamente Antonio Gala, que en otra caseta bebía un refresco mientras atendía a sus múltiples admiradoras. "¡Estás en tu mejor momento!", comentaba una. Y él: "Qué va, estoy en un momento malísimo, estoy en la tiniebla". "Odio firmarlos", dijo luego mirando los volúmenes a su alrededor, "pero en ese segundo en que se cruzan la mirada del lector y la mía se produce un chispazillo que es bueno; y yo soy un escritor al que la gente quiere ver".

La librería El Asno estaba muy animada, y allí el público pedía los otros libros más vendidos de la feria según la lista oficial: Lo cursi y el poder de la moda de Margarita Riviére (Espasa Calpe); Vox, de Nicholson Baker (Alfaguara); Un nuevo orden mundial, de Ramón Tamames (Espasa Calpe); Dime que me quieres aunque sea mentira, de Montserrat Roig (Península); La sonrisa etrusca, de José Luis Sampedro (Alfaguara); Los santos que nos ayudan, de Rappel (Temas de Hoy), y El evangelio según Jesucristo, de José Saramago (Seix-Barral).

"Cada día nos hacen rellenar un papel, pero creo que las estadísticas no son muy fiables", dijo una desenvuelta librera. "Yo pienso, a ojo, que, se ha vendido muchísimo más que otros años y que ha venido más gente".

Decenas de escritores españoles importantes han firmado en la feria, aunque algunos, menos conocidos, no se atrevieron. Como el autor de El gladiador de Chueca, Carlos Sanrune, que "es un seudónimo y no quiere venir a firmar", dijo misteriosamente una mujer en la caseta de Laertes, en la que este libro ha sido el mayor éxito. Y le puso aun mas fantasía: "Es el relato de un chapero y puede que sea él".

En uno de los espacios más sabios, el que guardaba a la Enciclopedia Británica, había menos negocio que otros años. Su precio: 286.400 pesetas. Una vendedora explicó que, aunque hay personas mayores "que a veces desconocen que está en inglés", la gente joven sí sabe que es la biblia de las enciclopedias.

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