'Las edades del hombre' recupera la música sacra de Castilla y León

El ministro de Cultura, Jordi Solé Tura, el nuncio del papa Juan Pablo II, monseñor Tagliaferri y el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan José Lucas, participaron ayer en la inauguración de la tercera fase de Las edades del hombre, dedicada en esta ocasión a la música sacra de la comunidad autónoma. La muestra aglutina un total de 230 piezas musicales, algunas de ellas inéditas.

Hasta el verano de 1992 las catedrales de Castilla y León servirán de auditorio para un centenar de conciertos (muchos con piezas nunca antes escuchadas). Once de ellos serán interpretados por la Orqu...

El ministro de Cultura, Jordi Solé Tura, el nuncio del papa Juan Pablo II, monseñor Tagliaferri y el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan José Lucas, participaron ayer en la inauguración de la tercera fase de Las edades del hombre, dedicada en esta ocasión a la música sacra de la comunidad autónoma. La muestra aglutina un total de 230 piezas musicales, algunas de ellas inéditas.

Hasta el verano de 1992 las catedrales de Castilla y León servirán de auditorio para un centenar de conciertos (muchos con piezas nunca antes escuchadas). Once de ellos serán interpretados por la Orquesta Sinfónica de Castilla y León y el Coro Universitario de León dirigido por Samuel Rubio. El Coro de Sebastián Durón con la Orquesta Barroca y más de 40 grupos musicales de la región interpretarán igualmente partituras de música sacra que se conservan en los archivos diocesanos. La Iglesia de Castilla y León guarda un conjunto de 60.000 partituras inéditas de los siglos X al XIX.La exposición, que se abre hoy jueves al público en la catedral de León con un primer cálculo de permanencia de al menos seis meses, aglutina un total de 230 piezas de las diócesis de la región, de los museos de escultura y arqueología de Valladolid, de los de León y Burgos y del Patrimonio Nacional. La muestra consta de 10 capítulos: Las esferas de cristal, El aire y los pájaros, Escribir sonidos, El canto de los morabitos, La alabanza del mundo a todas horas, El discanto: cada una con su voz, La alegría de la materia, La celebración barroca, La música callada y El jardín de la música, que se extienden a lo largo de los 1.300 metros cuadrados de la catedral.

Reproducciones de una ermita mozárabe de la provincia de Soria y de la arqueta de San Isidoro, esculturas, pinturas, códices, cantorales, instrumentos musicales y un número importante de partituras inéditas de maestros de capilla y compositores anónimos del siglo X al XIX se encuentran cuidadosamente expuestos sin restar belleza al interior del recinto gótico, que puede observarse en todo momento.

El decorado y montaje de la exposición han sido realizados, como en las dos fases anteriores, por Pablo Puente Aparicio y Eloísa García de Wattemberg, con la participación de más de cien personas.

Un equipo de musicólogos dirigidos por María Antonia Vigili, directora del departamento de Música de la Universidad de Valladolid, ha transcrito en los tres últimos años un amplio conjunto de partituras, de las que tan sólo se han recogido 35 barrocas, en dos volúmenes que han sido editados con ocasión de la muestra.