Tribuna:

Los poetas desconocidos

Sólo la poesía tiene la capacidad de sorprender con un desconocido lleno de talento que ha sido capaz de vivir al margen del reconocimiento, oculto en una caverna no del todo estéril ni desalentadora. Luis Álvarez Piñer ha estado oculto hasta ayer mismo, fecha en la que se le concedió el Premio Nacional de Literatura, modalidad de Poesía. Nadie sabía nada de él porque hacía muchos años que no publicaba un libro (desde 1936). Pero ahora, gracias a este premio, ya nos podemos asomar a una poesía limpia e interna, meditativa y, experiencial, que a veces puede hacer pensar en Cernuda y la mayoría ...

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Sólo la poesía tiene la capacidad de sorprender con un desconocido lleno de talento que ha sido capaz de vivir al margen del reconocimiento, oculto en una caverna no del todo estéril ni desalentadora. Luis Álvarez Piñer ha estado oculto hasta ayer mismo, fecha en la que se le concedió el Premio Nacional de Literatura, modalidad de Poesía. Nadie sabía nada de él porque hacía muchos años que no publicaba un libro (desde 1936). Pero ahora, gracias a este premio, ya nos podemos asomar a una poesía limpia e interna, meditativa y, experiencial, que a veces puede hacer pensar en Cernuda y la mayoría de las veces hace pensar en sí misma, en su propia factura solitaria.Y en medio de la soledad caben distintas germinaciones. La del amor, por ejemplo, uno de los sentimientos más vivamente representados en la poesía de Piñer: "Por eso repetimos, al arder, nuestros nombres / como chispas o estrellas / y hacemos una llama del abrazo". El amor puede metamorfosearse en apasionado asombro ante la naturaleza que siempre escolta el flujo de los sentimientos hurnanos. El trigo no es sólo un dato inmediato de la experiencia, sino una excusa para forzar al pensamiento para interrogarse sobre sí mismo.

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La soledad también requiere la compañía del silencio. Piñer necesita asomarse a la profundidad del silencio para escuchar un duro mensaje, el de las campanadas secas de la conciencia. Pero de allí, de esa profundidad, también puede surgir la vida: el asombro ante el pájaro que vuela, el río que se desliza hacia la esperanza.

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