Un proyecto del 85

Carmen, de Georges Bizet, inaugurará, a finales de 1992, el nuevo teatro de ópera de Madrid. Habrán transcurrido, si se cumplen las previsiones, siete años desde que, en 1985, aprovechando el Año Europeo de la Música, el entonces ministro de Cultura, Javier Solana, anunciara la voluntad política del Gobierno de convertir el Teatro Real en un centro operístico. "Pensamos, al margen de las numerosas manifest aciones efímeras que se organizaron para la ocasión, que la gran contribución del Ministerio de Cultura a la celebración de aquél año debía consistir en la puesta en marcha del proces...

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Carmen, de Georges Bizet, inaugurará, a finales de 1992, el nuevo teatro de ópera de Madrid. Habrán transcurrido, si se cumplen las previsiones, siete años desde que, en 1985, aprovechando el Año Europeo de la Música, el entonces ministro de Cultura, Javier Solana, anunciara la voluntad política del Gobierno de convertir el Teatro Real en un centro operístico. "Pensamos, al margen de las numerosas manifest aciones efímeras que se organizaron para la ocasión, que la gran contribución del Ministerio de Cultura a la celebración de aquél año debía consistir en la puesta en marcha del proceso de conversión del Teatro Real", señaló un alto cargo del departamento para asegurar que el proyecto no fue concebido expresamente para el 92. "En 1985, la posibilidad de que Madrid fuera capital cultural europea ni siquiera se vislumbraba. Sabíamos, eso sí, que en 1992 se cumpliría el quinto centenario del descubrimiento de América y dijimos que el origen del proceso se situaba en el Año Europeo de la Música y que nos gustaría que el horizonte de culminación fuera el 92".Esa expresión de "voluntad de acercarse al 92, pero sin comprometerse a ello", obdecía, según la fuente informante, a que el proyecto requería numerosos estudios previos y el acuerdo con distintos órganos de la Administración. Los estudios previos -de viabilidad y de acústiea, relael onados, entre otros factores, con la próximidad del metropolitano- se completaron con la visita por el equipo coordinador del proyecto a casi todos los teatros de ópera del mundo y con la llamada a consultas en Madrid de numerosos expertos europeos. "Antes que nada debíamos asegurarnos de que el proyecto era técnicamente posible, ya que desde el punto de vista cultural su interés no es discutible".

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