10 años para traducir de nuevo el 'Cancionero', de 'Petrarca

Petrarca vio por vez primera a Laura de Noves en la Iglesia de Santa Clara de Avignon el 6 de abril de 1327, un Viernes Santo, y la hizo morir otro 6 de abril, el de 1348, otro Viernes Santo, con lo que quiso hacer coincidir su dolor con el de la Cristiandad. En realidad el poeta había forzado algo el calendario, según han demostrado modernos estudios, pero eso apenas importa. Lo que importa es que Petrarca fue uno de los poetas más influyentes de la historia, y de particular incidencia en España, según ha ido confirmando Jacobo Cortines, poeta y profesor de literatura en la universidad de...

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Petrarca vio por vez primera a Laura de Noves en la Iglesia de Santa Clara de Avignon el 6 de abril de 1327, un Viernes Santo, y la hizo morir otro 6 de abril, el de 1348, otro Viernes Santo, con lo que quiso hacer coincidir su dolor con el de la Cristiandad. En realidad el poeta había forzado algo el calendario, según han demostrado modernos estudios, pero eso apenas importa. Lo que importa es que Petrarca fue uno de los poetas más influyentes de la historia, y de particular incidencia en España, según ha ido confirmando Jacobo Cortines, poeta y profesor de literatura en la universidad de Sevilla, que ha publicado su traducción del Cancionero, de Petrarca (Cátedra), tras diez años de trabajo.Una de las más legendarias historias de amor confiesa sus deseos terrestres tan solo en un par de versos: "Quisiera estar con ella ya sin lumbre,/ y que sólo nos vieran las estrellas, / sólo una noche, y no llegase el alba...".

Desde que Petrarca comienza a escribir su Cancionero a los 23 años, hasta cuando lo termina, a los 69, su amor sufre un proceso de espiritualización que luego tendría una gran influencia en la poesía amorosa y en la literatura mística, al dar testimonio de un completo desnudamiento interior.

Entretanto, explica Cortines, Laura de Noves se había casado con Hugo de Sade -ancestro del marqués literato que por cierto escribió la biografia de su tatarabuela-, y con él tuvo once hijos. Laura moriría en la peste de 1348, que es de la que huyen los personajes del Decameron, de Bocaccio.

En Petrarca, Cortines leyó el ideal de la poesía, que ha de reunir el pensamiento, la carga rnoral, el diálogo con la tradición y la perfección formal. La principal dificultad, explica, residía en que se trata de una poesía de enorme modernidad y frescura, de muy dificil traducción. En su intento de diez años, Cortines evitó la rima, que es la trampa más frecuente en la que tropiezan los traductores pues buscándola pierden el significado semántico, y buscó en cambio el verso blanco y sobre todo el tono, la armonía. "Siempre hay que sacrificar algo", dice Cortines.

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