Ediciones Destino afronta su primer Premio Nadal con la participación de Planeta

Los temas de actualidad marcan la mayoría de las obras presentadas

La 46º edición del Premio Nadal de novela, el concurso literario más antiguo de España, que se fallará mañana por la noche en el transcurso de una fiesta en el hotel Ritz de Barcelona, está marcada por la participación de la editorial Planeta, que el pasado mes de septiembre compró el 50% de las acciones de Destino, firma convocante del galardón. Andreu Teixidor, consejero delegado de esta empresa y miembro de la familia que posee el restante 50% del capital, opina que el cambio no significa la pérdida de "la independencia literaria del premio". Considera que ha habido simplemente un relevo ge...

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La 46º edición del Premio Nadal de novela, el concurso literario más antiguo de España, que se fallará mañana por la noche en el transcurso de una fiesta en el hotel Ritz de Barcelona, está marcada por la participación de la editorial Planeta, que el pasado mes de septiembre compró el 50% de las acciones de Destino, firma convocante del galardón. Andreu Teixidor, consejero delegado de esta empresa y miembro de la familia que posee el restante 50% del capital, opina que el cambio no significa la pérdida de "la independencia literaria del premio". Considera que ha habido simplemente un relevo generacional en la dirección de Destino, que "se ha producido quizá un poco tarde".

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"El único gran cambio de esta edición es que en el jurado, en lugar de Julián Viñuales, contamos con Pere Gimferrer, anteriormente integrado en el jurado del Premi Pla [de narrativa en catalán, también convocado por Destino y que se falla durante la misma noche literaria]", matiza Teixidor. Hasta el pasado mes de septiembre Viñuales, a través de Ediciones Folio, controlaba el 50% de las acciones de Destino. Como consecuencia de la venta del paquete a Planeta, el poeta, académico y escritor Pere Gimferrer, vinculado a esta última editorial, pasa a ser miembro del jurado."En tres años y medio, las acciones que poseía Josep Vergés han cambiado de titular por dos veces", explica Teixidor. "Ello significa que se produce un lógico cambio generacional y de adecuación al mercado, pero de ningún modo que vaya a darse un cambio en la filosofía ni del Premio Nadal ni de nuestra forma de concebir la dirección literaria de una empresa histórica como Destino".

Teixidor afirma que una editorial mediana como la suya se encontraba en estos momentos ante la imperiosa necesidad de establecer nuevas relaciones con estructuras de comercialización, más sólidas. "Destino y Planeta se acercan por los lógicos movimientos sinérgicos que se dan entre la capacidad de producción y la comercialización". El director literario pone un ejemplo que le parece diáfano: Cela aún no había llegado a Estocolmo para recoger el Nobel cuando ya en los quioscos se vendían obras suyas del fondo de Destino producidas por la firma que preside José Manuel Lara. Como proyecto de futuro aún sin concretar, pero igualmente hijo de la mencionada sinergia, Teixidor apunta la posibilidad de realizar una edición, completa de los ganadores del Nadal a lo largo de sus 46 convocatorias.

"Movimientos similares se aprecian en toda Europa", prosigue el consejero delegado de Destino. "Una editorial mediana y selecta como la italiana Adelphi se une al 50% al gran grupo Fabbri para tener una mayor capacidad de mercado" Pero Teixidor quería un socio que fuera del sector y que además conociera bien el mercado en lengua castellana: estos dos elementos fueron los que le inclinaron a aceptar la oferta de Planeta (las acciones están sindicadas: precisan del consentimiento de los asociados para su venta), y rechazar otras que no cumplían tales requisitos, "como las multinacionales: financieramente pueden ser muy sólidas, pero desconocen e mercado de aquí".

Todo ello permite a Andreu Teixidor concentrarse en lo que él califica como "trabajo de creación literaria; esto es, la búsqueda de autores, obras y, proyectos, que es lo que siempre ha venido haciendo Destino". Y en este terreno el editor se muestra optimista: "Vivimos un renacimiento de la novela, que el Nadal refleja fielmente. Tras una larga crisis, desde hace cinco o seis años observamos que gente procedente de diferentes ámbitos se dirige a la creación literaria. Umberto Eco y Ferrater Mora escriben novelas. Lo hacen también periodistas y científicos, que se apartan de sus áreas".

Cambios de mentalidad

Lejos de enjuiciar el fenómeno, Teixidor añade que, en paralelo, se observa un cambio en la mentalidad lectora (o acaso un redescubrímiento): "La gente vuelve a querer historias, obras de ficción. Hace pocos años, cinco o seis, se observaba un interés especial por la novela histórica o policiaca. En esta edición predominan en cambio las narraciones sobre problemas cotidianos, próximos al lector. Se trata de un tipo de novela desintelectualizada, de fácil lectura, aunque no de poco interés. En general se aprecia un alto nivel de formación por parte de los escritores".

"Hoy el autor anónimo no existe", prosigue Teixidor para argumentar su optimismo en el momento creativo, actual. "Hay muchos caminos para empezar a publicar, desde la revista universitaria hasta todo tipo de editoriales. Y el en sí se está abriendo a nuevas posibilidades. En Francia, por ejemplo, se están traduciendo muchas obras españolas y esto genera nuevas expectativas. Si pensamos que dos, periféricos de la categoría de Alvaro Cunqueiro o Josep Pla apenas fueron traaducidos en su momento nos daremos cuenta de hasta qué punto el panorama es diferente a cuando Josep Vergés y mi padre fundaron Destino".

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