HACIA UNA NUEVA EUROPA

Gorbachov propone que se revise la presencia de fuerzas navales en el Mediterráneo

El presidente de la URSS, Mijail Gorvachov, y el ministro de Exteriores soviético, Edvard Sheverdnadze, iniciaron ayer en Roma una ofensiva diplomática que por una parte apuntaba contra el revanchismo alemán y por otra trataba de persuadir a Estados Unidos para que se avenga a iniciar conversaciones sobre las fuerzas navales en el Mediterráneo. "Durante la guerra fría podía encontrarse alguna justificación para esto [la presencia de fuerzas navales de las dos superpotencias en el Mediterráneo]. Ahora la situación ha cambiado", dijo Gorbachov en el banquete que le ofreció el presidente italiano...

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El presidente de la URSS, Mijail Gorvachov, y el ministro de Exteriores soviético, Edvard Sheverdnadze, iniciaron ayer en Roma una ofensiva diplomática que por una parte apuntaba contra el revanchismo alemán y por otra trataba de persuadir a Estados Unidos para que se avenga a iniciar conversaciones sobre las fuerzas navales en el Mediterráneo. "Durante la guerra fría podía encontrarse alguna justificación para esto [la presencia de fuerzas navales de las dos superpotencias en el Mediterráneo]. Ahora la situación ha cambiado", dijo Gorbachov en el banquete que le ofreció el presidente italiano, Francesco Cossiga.

El líder del Kremlin, durante su primer día de estancia en Roma propuso iniciar consultas con Italia, Estados Unidos y el Consejo de Seguridad de la ONU sobre las bases navales soviético-norteamericanas en el Mediterráneo y también consultas con todos los países ribereños de este mar y Washington para firmar un acuerdo multilateral de prevención de incidentes. Gorbachov englobó estas propuestas en un plan de preparación de la conferencia sobre el Mediterráneo que se celebrará en Palma de Mallorca el año próximo. El plan incluye contactos Este-Oeste sobre los problemas económicos del Mare Nostrum.La cumbre de Malta era el telón de fondo obvio del temario abordado por Gorbachov y Sheverdnadze más allá de las relaciones soviético-italianas. Gorbachov aprovechó la cena de gala para acusar a EE UU de falta de deseo de comenzar conversaciones sobre las fuerzas navales. Esta desgana "pone en duda e incluso amenaza muchas de las cosas conseguidas en los últimos tiempos", dijo.

Sheverdnadze planteó el problema del revanchismo alemán a su homólogo italiano Gianni De Michelis. La división de Europa en dos bloques, la OTAN y el Pacto de Varsovia, las fronteras confirmadas por el acta final de Helsinki y la existencia de dos Estados alemanes son las "tres realidades con las que hay que contar" en la construcción de la casa común europea, dijo Sheverdnadze, que catalogó el proceso de "largo y contradictorio".

El ministro se mostró dispuesto a hablar del plan del canciller germano-occidental, Helmut Kohl, de reunificación alemana si se le añade un 112 punto que anule la decisión del Tribunal Constitución de la RFA que en 1972 fijó las fronteras de Alemania en los confines de 1937, antes de la II Guerra Mundial y de la derrota de Alemania por los aliados. Esta sentencia, aprobada cuando se habían firmado los tratados que regulan las relaciones de la RFA con el Este europeo, "no puede dejar de preocupar" a la URSS, dijo Guenadi Gerasimov, portavoz del Ministerio de Exteriores soviético.

La 'casa común'

Los cambios en el Este y las ideas para la casa común en el continente, protagonizaron casi exclusivamente los primeros contactos de trabajo mantenidos ayer por Gorbachov con el presidente Cossiga, y con el jefe del Gobierno italiano, Giulio Andreotti. Cossiga le propuso estudiar conjuntamente el periodo de transición en el que se encuentra ahora Europa en su itinerario hacia la casa común.Gorbachov, que inicialmente tenía un aspecto algo tenso, y su esposa Raisa fueron acogidos con entusiasmo en Roma, adonde llegaron en una soleada y tibia mañana, a bordo de un avión Illushin 62 desde Moscú. En la capital soviética la temperatura alcanzaba los 20 grados bajo cero. Con Gorbachov viajaba también la delegación que le acompañará a Malta. En ella figura el miembro del Politburó y jefe de la comisión de Asuntos Internacionales del partido, Alexander YakovIev; el asesor militar de Gorbachov, Sergei Ajormeiev; y el ayudante personal VIadimir Chernaiev.

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Como en viajes anteriores, Gorbachov se ha marchado dejando tras sí una crisis nacionalista, en este caso una reactivación del conflicto armenio-azerbaiano. Italia culmina la gira europea que le ha llevado a Gran Bretaña, la RFA, Francia y Finlandia en 1989.

El fantasma de la reunificación de Alemania, aunado a los problemas económicos y sociales de la perestroika, puede ser utilizado contra Gorbachov por sectores conservadores dentro del país, según manifestaban en privado miembros de la delegación soviética.

Los Gorbachov residen en Roma en el domicilio del embajador soviético y no en el Quirinal, como suelen hacerlo los huéspedes estatales. El motivo es el sistema de comunicaciones vía satélite con Moscú que Gorbachov va a utilizar en la preparación de la cumbre de Malta.

El contacto con la multitud, parte ya tradicional de los viajes del líder soviético, le llegó ayer en la plaza Venecia y el Coliseo. En el primer sitio, Gorbachov tuvo que componerse la corbata tras los achuchones que le dieron los romanos gritando "¡Gorby, Gorby!", mientras los coches hacían sonar sus cláxones. Gorbachov parecía preocupado mientras subía la escalinata, para depositar una corona de flores, del monumento al Soldado Desconocido, en un acto que tenía algo de coreografia de ópera, dado lo pomposo del monumento, construido por el rey Vitorio Emanuele al término de la I Guerra Mundial, y el despliegue de guardias de uniforme con cascos dorachos y penachos en la cabeza.

Raisa Gorbachova se alejará poco de su marido en esta visita, aunque hoy irá en solitario a Messina, en la isla de Sicilia, para honrar la memoria de un grupo de marineros rusos que en 1908 socorrieron a las víctimas del terremoto ocurrido en aquella región. Mañana se espera verla vestida de negro durante el primer encuentro que mantendrán el jefe de la iglesia católica y el máximo dirigente del Estado soviético.

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