Debates fríos
Después los cronistas ofrecen toda clase de explicaciones -que si correspondía a un suramericano o un español, que si la primera mujer, que si el ganador no había obtenido aún ninguno de los grandes: el nacional, el de las letras españolas, el Príncipe de Asturias o el Cervantes-, pero según testimonios de varias personas que han sido jurados nada de eso se menciona en los debates, que transcurren con la frialdad del consejo de administración de una fábrica de plástico."Incluso en el supuesto de que la considere, nadie tiene el mal gusto de mencionar la mala situación económica d...
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Después los cronistas ofrecen toda clase de explicaciones -que si correspondía a un suramericano o un español, que si la primera mujer, que si el ganador no había obtenido aún ninguno de los grandes: el nacional, el de las letras españolas, el Príncipe de Asturias o el Cervantes-, pero según testimonios de varias personas que han sido jurados nada de eso se menciona en los debates, que transcurren con la frialdad del consejo de administración de una fábrica de plástico."Incluso en el supuesto de que la considere, nadie tiene el mal gusto de mencionar la mala situación económica de un candidato, por ejemplo", dice un jurado.
En su día tampoco se mencionó el hecho de que María Zambrano fuese mujer, y tampoco, asegura una fuente, se dice si ese año corresponde a un español o a un suramericano. Aunque no es matemático, se suele respetar; desde 1976, se ha premiado a ocho españoles y seis suramericanos: en 1979 compartieron Jorge Luis Borges y Gerardo Diego, aunque ahora, por estatutos, no se puede dividir el galardón.
Apertas hay tampoco debate, según las fuentes. Los jurados llevan a sus candidatos y votan, en silencio y sonrientes. Algunas voces alribuyen al ministerio de Cultura la posibilidad de determinar el fallo. Pero el ministro de Cultura delega a menudo, y el director general del Libro sólo tiene un veto. El director del Centro de las Letras no vota.