Una empresa capta colonos holandeses para labrar tierras en el Mato Grosso

Ecologistas y Partidos políticos de Holanda desean impedir la inminente marcha en el mes de diciembre de dos familias de granjeros holandeses a Brasil, de las 608 que están interesadas en un proyecto de cultivo masivo de soja y urucum, una planta que produce colorantes, en la zona del Mato Grosso. La Asociación Amigos de la Tierra de Holanda se opone al proyecto porque implicaría la tala de 150.000 hectáreas de bosque.

Todos los partidos políticos nacionales han interpelado al Gobierno en el Parlamento, y se han dirigido a los representantes de los ministerios del Medio Ambiente, Agricu...

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Ecologistas y Partidos políticos de Holanda desean impedir la inminente marcha en el mes de diciembre de dos familias de granjeros holandeses a Brasil, de las 608 que están interesadas en un proyecto de cultivo masivo de soja y urucum, una planta que produce colorantes, en la zona del Mato Grosso. La Asociación Amigos de la Tierra de Holanda se opone al proyecto porque implicaría la tala de 150.000 hectáreas de bosque.

Todos los partidos políticos nacionales han interpelado al Gobierno en el Parlamento, y se han dirigido a los representantes de los ministerios del Medio Ambiente, Agricultura y Transportes en señal de protesta.La emigración de granjeros holandeses a Brasil se remonta a 1900 y ahora hay unas diez colonias estables en zonas alejadas del Amazonas. Esta vez, sin embargo, la Nederlandse Manajement Associatie (NMA), encargada de promocionar este proyecto entre inversores y agricultores holandeses, pretende llevarles a un terreno considerado vital por los Amigos de la Tierra por su combinación de bosque cerrado y matorrales y árboles bajos. La NMA trabaja para la compañía brasileña El Dorado cuyo equipo de gestión opera en la República Federal Alemana.

Según Herman Verhagen, portavoz local de Amigos de la Tierra, por lo menos 100 granjeros han visitado ya la zona del Mato Grosso donde se está procediendo a la tala de árboles, y donde una familia holandesa trabaja desde el pasado mes de julio. Estos viajeros tendrán que comprar un mínimo de 90 hectáreas a 235 dólares cada una pudiendo alquilar el resto al Gobierno brasileño. La infraestructura y las instalaciones de agua y electricidad correrán por su cuenta. "Son gente con problemas económicos y suelen quejarse de la política agrícola de la CE que les obliga a frenar su producción", dice Verhagen. El Dorado cuenta al parecer con el apoyo de empresas alemanas y holandesas tan conocidas como Siemens, Volkswagen, Haenkei, Bass y Vendex International, a las que se unirán en breve firmas danesas y brasileñas.

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