CITA EN WASHINGTON

Albert Wohlstetter: "La OTAN pasa por una de sus crisis espasmódicas

El experto norteamericano considera que los acuerdos de control de armamento no son alternativa a una estrategia

El nombre de Albert Wohlstetter está íntimamente ligado a la estrategia nuclear norteamericana. Trabajó con Robert McNamara cuando éste revolucionó el Departamento de Defensa de EE UU. Tiene unal arga lista de influyentes publicaciones. Ahora, Wohlstetter forma parte, con Henry Kissinger y otras personalidades, de una comisión que, por encargo del presidente Ronald Reagan, está estudiando la estrategia norteamericana y debe proponer alternativas, para una "aplicación responsable de la fuerza", a lo que considera es una situación de rendición o suicidio en caso de conflicto.

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El nombre de Albert Wohlstetter está íntimamente ligado a la estrategia nuclear norteamericana. Trabajó con Robert McNamara cuando éste revolucionó el Departamento de Defensa de EE UU. Tiene unal arga lista de influyentes publicaciones. Ahora, Wohlstetter forma parte, con Henry Kissinger y otras personalidades, de una comisión que, por encargo del presidente Ronald Reagan, está estudiando la estrategia norteamericana y debe proponer alternativas, para una "aplicación responsable de la fuerza", a lo que considera es una situación de rendición o suicidio en caso de conflicto.

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Wohlstetter, en conversación con EL PAÍS, considera que la OTAN "está pasando por una de sus crisis espasmódicas", y la razón estriba en la "gran confusión intelectual" en que ha vivido la Alianza en los últimos años. "Los acuerdos de control de armamentos en general no son una alternativa a una estrategia. Tienen que verse guiados por la estrategia y deben servir a la estrategia nacional y de la Alianza". La Alianza está desorientada, considera Wohlstetter, y esto se revela en los argumentos frente al acuerdo, de eliminación de los misiles de alcance intermedio (INF), tanto por parte de los que están a su favor como en contra. Pero él considera que "no es tan bueno ni tan malo como se dice"."El argumento de que es esencial, para la disuasión, tener un misil basado en tierra europea que pueda alcanzar la URSS es bastante arbitrario. En los años sesenta se destruyeron algunos de estos misiles, y la decisión de la Alianza de eliminarlos ilustra. que no fueron siempre esenciales".

"El problema de la CITAN, que ha ido creciendo, deriva no de estos misiles en particular, sino de si la doctrina de la respuesta flexible tiene sentido o no", señala Wohlstetter. "La respuesta flexible es algo completamente diferente de la doctrina que se adoptó al principio, en 1961, de la Administración de Kennedy, en cuya elaboración estuve implicado", dice. "Pero no significaba llegar a cometer un suicidio, sino luchar con armas convencionales hasta un cierto nivel, y si fracasa el intento, entonces utilizar las armas nucleares. Pero cuando la OTAN la adoptó, varios años después, había quedado transformada por la doctrina de la destrucción mutua asegurada (MAD)".

La gente confía

"Los acuerdos sobre control de armamentos sólo rara vez cambian algo de verdad. Y pueden ser dañinos, pues la gente confía en que supongan una diferencia", añade. "Con la elimi nación de los misiles de alcance intermedio, quedan cohetes de muy corto alcance que cubrirán una parte de Alemania. Esto se entiende. Lo que se entiende menos es que seguirán existiendo los misiles intercontinenta les, que serán capaces de alcanzar toda Europa, y con tanta precisión' como los SS-20. Con su mayor precisión, los soviéticos podrán utilizar cabezas no nucleares para estos cometidos. La OTAN tendrá el mismo tipo de problemas".El acuerdo supercero "no significa el fin de la disuasión ni de la guerra nuclear, pues hay otros medios con que la OTAN puede contar", comenta. "Por estas razones no me impresiona ninguno de los argumentos sustanciales de los partidarios y contrarios de este acuerdo, pero sí la confusión que ilustran estos argumentos y que demuestra que no se han pensado mucho. En particular, no se ha pensado el problema de cómo lograr una fuerza que se pueda utilizar de una manera responsable".

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Para Wohlstetter, la Alianza, desde hace ya tiempo,se ha estado preparando para "el caso más extremo de que la URSS lance un ataque mundial, empezando con armas nucleares o convencionales, que llevaría a un intercambio nuclear y a algo totalmente destructivo". Pero este peor de los casos posibles "resulta muy engañoso".

"Lo paradójico", añade, "es que frente a este caso, la gente se queda tranquila, pues se supone que el adversario no podrá destruir todos nuestros medios de represalia, y no tendremos razón para no llevar a cabo unas represalias sin discriminación. Pero ¿qué ocurre si solo país o una parte de un país, se ve atacado,?. La OTAN cree en un ataque en Alemania, en el frente central. Esta visión de que toda guerra con la URSS finalizaría en una des,trucción total coincide con la de los movimientos pacifistas".

"Cualquier uso de armas nucleares llevaría a la destrucción, lo que significa que ningún dirigente político responsable utilizaría estas armas nuclear mientras la alternativa sea que su país pueda sobrevivir".

Cambio de estrategia

Wohlstetter cree que la salida está en que "la OTAN busque un modo de desalentar cualquier ataque, y para ello debe disponer los medios de responder con la fuerza, pero en un modo no suicida. Los soviéticos no son suicidas".[El director del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) de Londres, Frangois Heisbourg, apeló el jueves a los miembros europeos de la OTAN a definir una nueva doctrina para la Alianza que tome en cuenta las implicaciones políticas y militares del acuerdo sobre las INF, informa France Presse.]

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