CITA ANUAL EN OVIEDO

La inquietud por la paz centró las intervenciones en la entrega de los premios Príncipe de Asturias

Los Reyes y el heredero de la Corona presidieron la ceremonia

El Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, destacó ayer en la entrega de los premios que llevan su nombre "la importante labor que Javier Pérez de Cuéllar desempeña como secretario general de las Naciones Unidas en la búsqueda de esa difícil pero imposible paz a que el mundo aspira". Todos los oradores que intervinieron en la ceremonia, celebrada en el teatro Campoamor de Oviedo, hicieron constantes referencias a la paz y a la concordia tanto en España como en el mundo.

El momento más emocionante del acto se produjo cuando los representantes de los periódicos colombianos ...

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El Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, destacó ayer en la entrega de los premios que llevan su nombre "la importante labor que Javier Pérez de Cuéllar desempeña como secretario general de las Naciones Unidas en la búsqueda de esa difícil pero imposible paz a que el mundo aspira". Todos los oradores que intervinieron en la ceremonia, celebrada en el teatro Campoamor de Oviedo, hicieron constantes referencias a la paz y a la concordia tanto en España como en el mundo.

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El momento más emocionante del acto se produjo cuando los representantes de los periódicos colombianos El Espectador y El Tiempo acudieron abrazados, por encima de cualquier rivalidad periodística, que es muy viva entre ambos, a recoger el premio de la Comunicación. Igualmente, recibió una ovación muy intensa Miguel Azcueta, alcalde de la localidad peruana de Villa El Salvador, galardonada con el premio a la Concordia.El presidente de la fundación, Plácido Arango, que acaba de sustituir a Pedro Masaveu, para con quien el príncipe y el propio Arango tuvieron unas palabras de recuerdo, citó las cualidades de los premiados en su breve alocución que sirvió para abrir el acto, pasadas las seis de la tarde de ayer.

Tres peligros

Camilo José Cela, que obtuvo el premio de las Letras, agradeció la concesión en nombre de los galardonados. En tono paternal y sabio, previno al príncipe de tres peligros: "el del hombre impaciente, el del tiempo inclemente y el de la circunstancia desaforada e hiriente". El escritor gallego sugirió "con tanta convicción como respeto", y siguiendo una idea expresada ya por Severo Ochoa, la vinculación de la Corona a la ciencia y "a otros ámbitos también representados aquí" como el pensamiento y las artes. Igualmente tuvo un recuerdo de tributo para el Rey, "sin cuya providencial presencia entre nosotros", dijo, "no estaríamos celebrando aquí y ahora esta fiesta de concordia y de paz".El príncipe entregó personalmente su galardón a cada uno de los premiados: Sebastian Coe (Deportes), Camilo José Cela (Letras), los periódicos colombianos El Espectador y El Tiempo (Comunicación), Jacinto Convit y Pablo Rudómín (Investigación) Juan José Linz (Ciencias Sociales), Eduardo Chillida (Artes), Javier Pérez de Cuéllar (Cooperación Iberoamericana) y Villa El Salvador (Concordia). Cada uno de ellos recibieron un diploma, una estatuilla de Miró y dos millones de pesetas.

El secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, intervino después de recoger su premio para señalar que "nuestra porción del mundo requiere de una revolución, pero no de una revolución de demagogia y sangre, sino de profundo cambio económico y social, cultural y humanitario dentro de un genuino molde dernocráfico". El secretario general de la ONU consideró respecto a la crisis iberoamericana que es necesaria una estrecha cooperación entre nuestros 20 pueblos" y que se unan a esta tarea "las dos grandes naciones genitoras, España y Portugal".

También se refirió a la deuda externa, de la que dijo que "es un problema de repercusiones políticas y socio-económicas tales que debe ser resuelto con criterio rnundial". Sobre la celebración del quinto centenario del descubrimiento de América en 1992 mencionó, por contraste, "a aquellos hombres de mar que llegaron, al parecer, a las costas de Norteamérica... y que muy pronto partieron y a los que se pretende emular con nuestros ancestros ibéricos que, ellos, llegaron, permanecieron y engendraron una nueva cultura que es la Iberoamérica de hoy".

El discurso más largo

El príncipe de Asturias cerró el acto con el más largo discurso que ha pronunciado hasta ahora, en el que reconoció "la inquietud" con la que intervino por primera vez en público hace seis años en un acto como éste. El heredero de la Corona pidió para la fundación "toda la ayuda que en cualquier sentido se le pueda proporcionar" y agradeció a sus padres "por honrar este acto con su presencia como signo de su interés por la fundación y de su apoyo incondicional al nuevo presidente". Igualmente dedicó un párrafo a glosar el deporte y a felicitar a Sebastian Coe, primer galardonado en este campo.Los Reyes inauguraron por la mañana el nuevo conservatorio de música de Oviedo, que se llamará Eduardo Martínez Torner, que se encuentra en el casco antiguo de la ciudad y que ha servido para restaurar uno de los edificios más clásicos de la capital asturiana. Los monarcas visitaron las instalaciones del edificio, cuya restauración ha supuesto 500 millones de pesetas, y después asistieron a un concierto de la Orquesta Sinfónica de Asturias, dirigida por el checo Ondrej Lenard, que interpretó el Concierto en Sol menor, opus 25, de Menhdelson y Bertoldy.

Antes de la entrega de los premios, lo Reyes y el Príncipe asistieron a un almuerzo enel que estuvieron tanto los premiados como todas las personalidades invitadas. Los Reyes y el Príncipe también se reunieron con los premiados.

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