LA PLAGA DEL SIGLO XX

La dirección se negó a autorizar la compra del material para las pruebas

El incumplimiento en la residencia de Bellvitge de la normativa de la Generalitat sobre el control de las donaciones de sangre ha sido objeto de una intensa actividad epistolar entre la jefa del servicio de Hematología y Hemoterapia -y directora, a su vez, del banco de sangre del hospital-, Carme Ferrán Camps, y los órganos de la dirección del centro, que no autorizaron la compra del material necesario para las pruebas.Tres meses antes de que la Generalitat ordenara la práctica de las pruebas, la doctora Ferran ya advertía en una carta al director médico de la residencia, Josep Maria Capdevila...

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El incumplimiento en la residencia de Bellvitge de la normativa de la Generalitat sobre el control de las donaciones de sangre ha sido objeto de una intensa actividad epistolar entre la jefa del servicio de Hematología y Hemoterapia -y directora, a su vez, del banco de sangre del hospital-, Carme Ferrán Camps, y los órganos de la dirección del centro, que no autorizaron la compra del material necesario para las pruebas.Tres meses antes de que la Generalitat ordenara la práctica de las pruebas, la doctora Ferran ya advertía en una carta al director médico de la residencia, Josep Maria Capdevila, de la necesidad de efectuarlas. La doctora argumentaba que en apenas un año habían sido descubiertos, gracias al plasma que se enviaba a los laboratorios Grifols, tres donantes infectados, cuya sangre había sido inyectada por lo menos a dos pacientes.

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Con fecha 7 de agosto de 1986, la doctora Ferrán comunicó por escrito al doctor Capdevila que durante 1985 el banco de sangre había conseguido 19.115 donaciones; que se había puesto en contacto con la casa Abbot, fabricante de reactivos, reseñaba los precios de esta firma y aconsejaba que ésta fuese la marca utilizada en el hospital. La autorización, sin embargo, no llegó. El 22 de octubre la Generalitat publicó la orden, que era de inexcusable cumplimiento a partir del 11 de noviembre siguiente.

El 7 de noviembre, sin embargo, el jefe de suministros, Xavier Alarcón, remitió a la doctora Ferran este escrito: "En relación a la adjudicación del expediente referente al reactivo para la determinación del AntiHTLVIII por enzimoinmunoensayo, le comunicó que la Dirección Médica del Hospital no ha dado su conformidad al mismo, posponiendo la adjudicación del mismo hasta nueva fecha a determinar". La directora del banco de sangre respondió ese mismo día con una carta al director médico, a la que adjuntó la fotocopia de la orden. "Dado que acabo de recibir una nota del jefe de suministros en la que [se comunica] que aún no se ha aprobado la adjudicación del reactivo, pienso que tal vez la dirección médica no habrá sido informada de [la existencia] del dicho decreto".

La gestión resultó de nuevo infructuosa, por lo que la doctora Ferrán se dirigió entonces al Departamento de Sanidad. Al poco recibió una carta, con salida oficial del 13 de noviembre, firmada por el coordinador del programa de Donación y Transfusión Sanguínea, Enric Argelagués, en la que comunicaba la aparición de la orden y la obligatoriedad de realizar la prueba, carta de la que la doctora Ferrán envió una copia a los órganos de dirección.

El 2 de febrero pasado, la doctora Ferrán se dirigió al director gerente de la residencia, Fortunato Frías. "A pesar de la obligatoriedad de esta prueba y a pesar de haberlo solicitado, nuestro hospital no la realiza", recordaba de nuevo.

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