Comerciantes y ganaderos, partidarios de que la Administración controle la calidad del maíz de importación

ANDREU MISSÉ, La Lonja de Cereales de Barcelona, que comercializa más del 40% de las compras exteriores de cereales, considera necesario que la Administración controle la calidad del maíz de importación procedente de Estados Unidos, que en una cuantía de dos millones de toneladas anuales recibirá España a consecuencia del acuerdo que puso fin a la llamada guerra comercial. Comerciantes y ganaderos sospechan que los comerciantes norteamericanos pueden aprovechar la ocasión para aligerar sus grandes reservas de maíz, deshaciéndose del cereal más antiguo y que, por tanto, se encuentra ...

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ANDREU MISSÉ, La Lonja de Cereales de Barcelona, que comercializa más del 40% de las compras exteriores de cereales, considera necesario que la Administración controle la calidad del maíz de importación procedente de Estados Unidos, que en una cuantía de dos millones de toneladas anuales recibirá España a consecuencia del acuerdo que puso fin a la llamada guerra comercial. Comerciantes y ganaderos sospechan que los comerciantes norteamericanos pueden aprovechar la ocasión para aligerar sus grandes reservas de maíz, deshaciéndose del cereal más antiguo y que, por tanto, se encuentra en peor estado. Estos sectores temen que se repita la experiencia de importaciones anteriores en las que las mercancías llegaban deterioradas.

Rosendo Rosell, presidente de la Lonja de Cereales de Barcelona, ha señalado que la eficacia del acuerdo depende de qui se aplique la suficiente rebaja en los prélèvements o tasas compensatorias que permitan la importación a precios competitivo con los vigentes en España y en el resto de la Comunidad.

Desde que se alcanzó el acuerdo, a finales de enero, e mercado de cereales ya ha sufrido una sensible caída de precios. Durante los últimos días se han efectuado compras de maíz a 30 pesetas el kilo, frente a las 31,5 vigentes antes del acuerdo. Por otra parte, se están cerrando operaciones a 29 pesetas el kilo para marzo y abril. En Francia el precio se sitúa entre las 27,5 y 21 pesetas el kilo.

La semana pasada el coste del maíz puesto en Rotterdam salía a 77,65 dólares la tonelada, e5 decir, a 9,8 pesetas el kilo (incluyendo el precio de compra y el flete). Los prélèvements fijados por la CE eran de 183,4 ECU por tonelada, es decir, más 26,7 pesetas el kilo (ECU a 145,7 pesetas). Ello significaba un precio resultante de entrada, de 36,44 pesetas, muy por encima del vigente en el mercado europeo. Para hacer viables las importaciones, la CE ha aplicado rebajas y subvenciones de hasta 45 ECU por tonelada, lo que ha permitido rebajar el precio de entrada en torno a las 30 pesetas el kilo.

Eficacia del acuerdo

Medios próximos a la Lonja de Barcelona consideran que la importación efectiva por España de dos millones de toneladas anuales de maíz sólo será posible si se aplican unas rebajas en los prélèvements similares a las realizadas por la CE. Las mismas fuentes señalan que ahora corresponde a la Administración española negociar con Bruselas estas medidas, de las que depende la eficacia del acuerdo.

Los comerciantes temen que por falta de una política clara en la CE se repita una situación similar a lo ocurrido con el acuerdo anterior, y que no se ha cumplido según lo previsto, por el que la CE debía importar 1.400.000 toneladas de cereales hasta finales de 1986. Según los últimos datos disponibles, España sólo ha recibido 50.000 toneladas de aquella partida. Además, en aquella cantidad inicial se descontaron 150.000 toneladas al computarse en su lugar compras degluten de maíz, bagazos y derivados cítricos por la misma cuantía.

Esta situación está produciendo una progresiva pérdida de competitividad de los ganaderos españoles frente a los comunitarios, quienes disponen de cereales más baratos, ya que sus centros de producción se hallan próximos a los depósitos de excedentes. El coste de transporte de cereales europeos a España supone cuatro pesetas/kilo.

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