La reforma del teatro romano de Sagunto comenzará en un año

El proyecto de rehabilitación del teatro romano de Sagunto, obra de los arquitectos Giorgio Grassi y Manuel Portaceli, se encuentra actualmente en fase de supervisión técnica, y sus autores calculan que las obras podrán iniciarse en septiembre de 1987. Fruto de un encargo de la Consejería de Cultura de la Generalitat valenciana, esta propuesta arquitectónica ha levantado, desde su presentación pública, una importante polémica entre quienes derienden el mantenimiento de las ruinas históricas sin modiricaciones -o, en todo caso, con reconstrucciones de carácter imitativo- y quienes plantean la v...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El proyecto de rehabilitación del teatro romano de Sagunto, obra de los arquitectos Giorgio Grassi y Manuel Portaceli, se encuentra actualmente en fase de supervisión técnica, y sus autores calculan que las obras podrán iniciarse en septiembre de 1987. Fruto de un encargo de la Consejería de Cultura de la Generalitat valenciana, esta propuesta arquitectónica ha levantado, desde su presentación pública, una importante polémica entre quienes derienden el mantenimiento de las ruinas históricas sin modiricaciones -o, en todo caso, con reconstrucciones de carácter imitativo- y quienes plantean la validez de una intervención arquitectónica actual acorde con las estructuras y tipologías históricas.

Giorgio Grassi, arquitecto que ha encabezado en Italia el movimiento neorracionalista, analiza las características del proyecto, y de la discusión que ha generado, ensayando una cierta autocrítica previa: "Gran parte de las críticas que se han producido provienen del hecho de que el proyecto se presentó de forma demasiado profesional, demasiado técnica, sin pensar en su comprensión por la mayoría. Por eso hemos decidido llevar a cabo conferencias explicativas, exponer el proyecto en la propia ciudad de Sagunto y plantear maquetas más comprensibles para el público en general".Tocar o no tocar las ruinas parece ser, sin embargo, el gran debate de fondo sobre la cuestión. "Nosotros" -dice Grassi- "hicimos una investigación crítica de las ruinas y descubrimos que se trata de unas ruinas artificiales, con reconstrucciones recientes que han modificado sensiblemente la construcción original. Además, su actual configuración nos da una idea falsa del teatro romano. Al faltar completamente la escena original, tenemos la impresión de encontrarnos ante un teatro griego, que carecía de ella. La verdad es que, a diferencia del teatro griego, que ofrecía un escenario abierto al paisaje, el teatro romano ofrecía sus espectáculos sin mediación de la naturaleza".

Magnificencia

Así, Grassi y Portaceli buscaron la respuesta arquitectónica más adecuada. "En aquellos casos en que se han conservado restos de la escena primitiva", explica, "se han llevado a cabo reconstrucciones miméticas. La falta completa de restos de la escena en el teatro de Sagunto nos impedía esta opción, y decidimos plantear la reconstrucción del espacio, en tanto que gran volumen, con toda la magnificencia y la riqueza de la estructura teatral"."Otro aspecto del proyecto", prosigue Grassi, "viene dado por el encargo no sólo de restituir el monumento, sino de realizar un centro teatral moderno". La relación con la historia es otro aspecto del proyecto, cuya realización es considerada por sus autores como "una ocasión única para ofrecer al visitante una visión total sin caer en la reconstrucción imitativa". El problema de la relación con el pasado, importante debate en la arquitectura actual, aparece en el teatro romano de Sagunto en toda su crudeza.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En