Crítica:'JAZZ' EN SAN SEBASTIÁN

Modificaciones y sorpresas

ENVIADO ESPECIALLa edición número 21, cifra respetable, del jazzaldia donostiarra se ha abierto con gratas modificaciones-sorpresas. La primera es la recuperación de la histórica, jazzísticamente hablando, plaza de la Trinidad. Ocho años atrás se abandonó este espacio en los límites de la ciudad y la montaña por el más frío e impersonal del velódromo de Anoeta. Y ha sido una satisfacción volver allí para escuchar jazz, aunque sea por una sola noche.

La segunda modificación positiva ha sido la eliminación en las bases del concurso del término amateur, que tant...

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ENVIADO ESPECIALLa edición número 21, cifra respetable, del jazzaldia donostiarra se ha abierto con gratas modificaciones-sorpresas. La primera es la recuperación de la histórica, jazzísticamente hablando, plaza de la Trinidad. Ocho años atrás se abandonó este espacio en los límites de la ciudad y la montaña por el más frío e impersonal del velódromo de Anoeta. Y ha sido una satisfacción volver allí para escuchar jazz, aunque sea por una sola noche.

La segunda modificación positiva ha sido la eliminación en las bases del concurso del término amateur, que tantos engaños y traiciones había sufrido en las últimas ediciones, Con esta medida se ha permitido el acceso a músicos que no ocultan su profesionalidad detrás de ninguna máscara, lo que paradójicamente no ha significado, en contra de las expectaciones, un ascenso considerable de la calidad media, que ha sido muy similar a la de años anteriores.

Concurso internacional

Les Immer Brand, Manel Camp Trio, Escuela Baio Ensamble y Full Circle. Plaza de la Trinidad, 23 de julio.

De 62 grupos presentados, cinco llegaron a la final, aunque los representantes franceses, Newtone Experience, se apearon de la competición en el último momento por decisión propia, aunque tal vez motivada por los últimos acontecimientos fronterizos.

Es curioso comprobar que con la desaparición del amateurismo han quedado descolgadas las típicas bandas de dixieland, de las que siempre había llegado alguna a la final; es una lástima, pera confirma la casi desaparición de profesionales de este estilo.

Abrió fuego el grupo de Colonia Les Immer Brand presentando un repertorio no demasiado interesante que pasó sin pena ni gloria Después, el trío de Manel Camp aportó un vendaval de aire mediterráneo basado esencialmente en el sutil toque pianístico de su líder que a pesar de convencer plenamente no estuvo a la altura de sus mejores momentos.

La tercera formación, Escuela Baio Ensemble, agrupaba a varios músicos de Pontevedra que ya habían concursado anteriormente bajo otros nombres; el grupo pecó de frialdad escolástica, aunque su música fuera calurosamente recibida. El certamen concluyó con el grupo norteamericano Full Circle, fusión eléctrica y ecléctica con ¡m pacto que arrancó estruendosas ovaciones, obligando a un merecido bis fuera de concurso. Sea cual sea la elección del jurado, Full Circle fue el grupo escogido por el público que llenaba la plaza de la Trinidad. Más de 1.200 asistentes entusiastas acudieron sin necesidad de nombres de campanillas en el cartel y abandonaron el recinto plenamente satisfechos.

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