El dictador piensa seguir otros 11 años en el poder

Cada vez que el general Augusto Pinochet pronuncia discursos improvisados en provincias, sus asesores tiemblan. Entusiasmado, con un auditorio que le vitorea, rodeado por una corte ciega y ante aduladores burócratas locales, es capaz de confesar íntimos pensamientos. Así le ocurrió el jueves 10 en Concepción. Ante 600 mujeres reconoció su deseo de seguir en el poder, e insinuó que el joven que murió quemado durante la huelga general llevaba un explosivo que le estalló.

Pinochet fue tajante: "Nosotros no vamos a entregar el Gobierno por el puro gusto. Algunos no han entendido: la Con...

Cada vez que el general Augusto Pinochet pronuncia discursos improvisados en provincias, sus asesores tiemblan. Entusiasmado, con un auditorio que le vitorea, rodeado por una corte ciega y ante aduladores burócratas locales, es capaz de confesar íntimos pensamientos. Así le ocurrió el jueves 10 en Concepción. Ante 600 mujeres reconoció su deseo de seguir en el poder, e insinuó que el joven que murió quemado durante la huelga general llevaba un explosivo que le estalló.

Pinochet fue tajante: "Nosotros no vamos a entregar el Gobierno por el puro gusto. Algunos no han entendido: la Constitución fijó 16 años. Los ocho primeros años son para normar, es decir, dictar leyes, reglamentos, que complementan la Constitución".

De acuerdo a la Constitución de 1980, en 1989 se inicia otro período de Gobierno, una vez que un candidato nombrado por las fuerzas armadas sea aceptado en un plebiscito. Sobre este segundo período Pinochet expresó que "los ocho años que siguen son para aplicar esas leyes en forma real". "Si nosotros no aplicamos las leyes en forma real, la Constitución se pierde porque esta gente [los opositores] va a producir cambios rápidamente. En cambio, si la Constitución se aprecia en estos ocho años, se refuerza un concepto". Gesticulando con aspecto enojado, Pinochet acusó a la oposición de "buscar la democracia para volver al mismo caos que teníamos en 1973".

Sobre el caso de los dos jóvenes quemados por soldados, Pinochet dio a conocer su propia versión. "Es muy curioso que la parka [anorak] que tenía el joven no estaba quemada por fuera. La quemadura es por dentro. No quiero pensar mal de un muerto..., pero me da la impresión que llevaba algo oculto que le reventó y le produjo una quemazón importante". Agregó Pinochet que, "sin embargo, ha habido una campaña externa horrorosa, señores, horrorosa. Han atacado diciendo cuanta barbaridad se puedan imaginar. Espero que el señor juez descubra la verdad. Pero yo digo que cuando los comunistas hacen las cosas, las hacen bien".