Crítica:FESTIVAL DE OTOÑO

Kathak por bulerías

Kathak. Danzas del norte de la IndiaEste título no pasa de ser una metáfora aproximada sobre lo que sucedió en el escenario del Teatro Español al final del recital ofrecido por Birju Maharaj. Quizá un especialista en kathak diría que este prestigioso estilista en los cinco escasos minutos de improvisación no respetó el canon de su escuela. Igualmente, algún purista del flamenco pudiera decir que Mario Maya se desmarcó de su quehacer habitual y que allí tampoco hubo bulerías o cualquier otra modalidad del baile flamenco. Lo cierto es que la iniciativa de Pilar Yzaguirre, di...

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Kathak. Danzas del norte de la IndiaEste título no pasa de ser una metáfora aproximada sobre lo que sucedió en el escenario del Teatro Español al final del recital ofrecido por Birju Maharaj. Quizá un especialista en kathak diría que este prestigioso estilista en los cinco escasos minutos de improvisación no respetó el canon de su escuela. Igualmente, algún purista del flamenco pudiera decir que Mario Maya se desmarcó de su quehacer habitual y que allí tampoco hubo bulerías o cualquier otra modalidad del baile flamenco. Lo cierto es que la iniciativa de Pilar Yzaguirre, directora del Festival de Otoño, de reunir en un breve pero intenso encuentro a dos bailarines diametralmente opuestos, nos legó una memorable demostración de los puntos de comunión entre formas de danza aparentemente ajenas.Desde su primera aparición, Birju hizo gala de un rápido trabajo de pies, golpeando el suelo a contratiempo y asentando el eje de su baile precisamente ahí: en los pies. Cuando en la improvisación final Maya realizó un espléndido replante, su oponente indio se marcó un zapateado.

Intérprete: Birju Maharaj

Teatro Español. Madrid, 18 de octubre.

En todas las coreografías ofrecidas hay una profundización en la expresividad. Muchas veces el gesto quiere contarnos una historia y describirnos al mismo tiempo un complejo estado de ánimo. Los bailarines, educados y estimulados por Birju Maharaj, recrean sentimientos y leyendas haciéndolas comprensibles para el público no especializado.

La técnica es mucho más suelta y libre que las del Bharatha Natyam del sur. Aquí no recordamos estatuas en complicadas poses, sino personas vivas y plenas, alegres o tristes. Cabe destacar la complicada pirueta del estilo kathak; apoyado este giro en el talón, provoca una evolución de espectacular rapidez. Las bailarinas cerraron la coreografía con una larga repetición de este difícil paso. Puede decirse que esta modalidad de danza trata de humanizar cada cuadro recurriendo a veces a lo anecdótico y otras a un estilo humano y dúctil.

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