En el ojo del huracán

El Ministerio de Cultura, que como tal se fundó en 1978, que tuvo una efímera existencia en los primeros días de la transición democrática como Ministerio de Cultura y Bienestar, y que es heredero del oneroso pasado del Ministerio de Información y Turismo del franquismo, sigue defendiéndose de los que proclaman que su mejor situación sería la de no existir. Despojado de unos 13.000 funcionarios -el ministerio lo considera un despojo saludable para modernizarse-, y de las funciones de control, fomento y defensa del patrimonio cultural de las entidades regionales, el Ministerio de cultura está s...

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El Ministerio de Cultura, que como tal se fundó en 1978, que tuvo una efímera existencia en los primeros días de la transición democrática como Ministerio de Cultura y Bienestar, y que es heredero del oneroso pasado del Ministerio de Información y Turismo del franquismo, sigue defendiéndose de los que proclaman que su mejor situación sería la de no existir. Despojado de unos 13.000 funcionarios -el ministerio lo considera un despojo saludable para modernizarse-, y de las funciones de control, fomento y defensa del patrimonio cultural de las entidades regionales, el Ministerio de cultura está siempre en el ojo del huracán de la desaparición administrativa como departamento del gabinete. Aunque el Grupo Popular pidió, en noviembre de 1983, la desaparición del ministerio por considerar que los trasvases de competencias a las autonomías le restaban utilidad, Jaime Delgado, de la comisión de cultura de AP, declaró ayer que el Ministerio debe continuar velando por la cultura nacional, sin perjuicio de las transferencias. En ese caso, este partido apoyaría la restructuración.El ministro declaró ayer: "El hecho de que haya un ministerio u otra cosa es algo secundario. El Gobierno cree que debe haber una unidad administrativa que gestione los servicios culturales del Estado, y éste es el caso."

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La reforma actual del ministerio no es para Solana un presagio de la desaparición de la burocracia del propio ministerio. Según dijo ayer: "El ministerio precisaba una redefinición y ésta es. No hay más. Había que dejar una estructura que sirviera al ciudadano y esa es la que ofrecernos".

A Solana no le inquieta que la política cultural de las autonomías le haya robado protagonismo a la gestión del Estado. Estima que las autonomías se ocupan de la promoción cultural directamente relacionada con el ciudadano y el Gobierno se ocupa "en crear una estructura que permita que la Orquesta Nacional haga giras, o que las haga el Centro Dramático Nacional, sin que sepa necesariamente el ciudadano que es el Ministerio de Cultura el que está detrás de la iniciativa".

En 1984, el presupuesto del departamento ascendió a 49.900 millones de pesetas, en tanto que este año ha sido de 52.100 millones. Las cantidades destinadas por las comunidades autónomas han crecido de 17.000 millones a 27.500 este año.

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