Las obras de Victorio Macho vuelven a Toledo después de año y medio de polémica

Las obras del artista palentino Victorio Macho, un total de 17 esculturas y 16 dibujos, que permanecían en su ciudad natal desde octubre de 1983, llegaron finalmente a su museo originario, el Roca Tarpeya, de Toledo. La viuda, Zoila Barros, se quejó de la fría acogida que entre los toledanos tuvo la llegada del camión que en la tarde del viernes devolvió a Toledo las esculturas. Parece concluir así un largo contencioso que ha mantenido en vilo durante año y medio a las autoridades de ambas ciudades al disputarse el legado de Victorio Macho

ToledoLa polémica se originó cuando, en ...

Las obras del artista palentino Victorio Macho, un total de 17 esculturas y 16 dibujos, que permanecían en su ciudad natal desde octubre de 1983, llegaron finalmente a su museo originario, el Roca Tarpeya, de Toledo. La viuda, Zoila Barros, se quejó de la fría acogida que entre los toledanos tuvo la llegada del camión que en la tarde del viernes devolvió a Toledo las esculturas. Parece concluir así un largo contencioso que ha mantenido en vilo durante año y medio a las autoridades de ambas ciudades al disputarse el legado de Victorio Macho

ToledoLa polémica se originó cuando, en la noche del 19 de octubre de 1983, dos camiones procedentes de Palencia, a petición de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de esta ciudad, trasladaron un total de 20 esculturas y 16 dibujos desde el Museo Roca-Tarpeya, de Toledo, con la excusa de celebrar una exposición.La viuda del escultor, Zoila Barros Conti, autorizó el traslado sin haberlo puesto en conocimiento de las autoridades toledanas. Cuando a la mañana siguiente se tuvo constancia de los hechos, uno de los camiones había partido ya hacia Palencia. No obstante, bajo acta notarial, tanto la Caja de Ahorros como el Ayuntamiento palentino se comprometieron a devolver las obras una vez concluida la exposición, después de dos meses. Victorio Macho dejó escrito testamentalmente que "en ningún caso las obras de arte adscritas al Museo Roca-Tarpeya podrán ser trasladadas de lugar".

Pero los meses transcurrían y las esculturas y dibujos de Victorio Macho seguían encerrados bajo llave en el convento palentino de las Reverendas Madres Agustinas, una vez finalizada la exposición. Aunque no se llegó a formalizar el contrato, el alcalde de Palencia, Francisco Jambrina, ofreció a la esposa de Macho un total de 30 millones de pesetas y unas mensualidades de 150.000 pesetas en el caso de que el legado cultural de su marido se asentara definitivamente en su ciudad natal. En diciembre de 1984, Zoila Barros se dirigió al alcalde de Toledo, Joaquín Sánchez Garrido, para que en su nombre hiciera las gestiones de la devolución. En aquella ocasión manifestó a los periodistas que se había sentido engañada por los responsables palentinos. En abril, el alcalde de Toledo había interpuesto demanda judicial contra la Caja de Ahorros y el Ayuntamiento de Palencia.

En esta última ciudad, las distintas fuerzas sociales agrupadas en torno a la defensa de la obra del escultor trataron en vano de obtener autorización para realizar reproducciones de algunas de las esculturas de Macho. La negativa final de la viuda y la mediación del Ministerio de Cultura han hecho posible el traslado a Toledo de las piezas del artista, afincado durante años en Toledo. El pasado mes de febrero llegaron al Museo Roca-Tarpeya, de Toledo, las dos esculturas más preciadas de Macho, La madre y El hermano Marcelo, sobre las que el autor dejó escrito en 1965: "Prohíbo la reproducción de la estatua yacente de mi hermano y la sedente de mi madre".

El Ministerio de Cultura pagó, en 1973, 16 millones de pesetas a la viuda en concepto de bienes gananciales, aunque la patrona única del legado de Victorio Macho es Zoila Barros.