VÍSPERAS DE LA REUNIÓN DE GINEBRA

Andrei Gromiko acudirá a su cita con Shultz dispuesto a negociar propuestas concretas sobre desarme

El ministro de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética, Andrei Gromiko, acudirá a las reuniones de los días 7 y 8 en Ginebra con su homólogo norteamericano, George Shultz, con la esperanza de que Washington "haga propuestas concretas sobre desarme" y "renuncie a su postura de negociar desde posiciones de fuerza". Esta postura fue adoptada, según se supo ayer, en la reunión mantenida el jueves por el Politburó del Partido Comunista de la URSS (PCUS).

La reunión de la máxima instancia ejecutiva del partido dio a Gromiko las instrucciones finales sobre los temas que se van a negociar en G...

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El ministro de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética, Andrei Gromiko, acudirá a las reuniones de los días 7 y 8 en Ginebra con su homólogo norteamericano, George Shultz, con la esperanza de que Washington "haga propuestas concretas sobre desarme" y "renuncie a su postura de negociar desde posiciones de fuerza". Esta postura fue adoptada, según se supo ayer, en la reunión mantenida el jueves por el Politburó del Partido Comunista de la URSS (PCUS).

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La reunión de la máxima instancia ejecutiva del partido dio a Gromiko las instrucciones finales sobre los temas que se van a negociar en Ginebra. Aunque tales directrices no han sido hechas públicas, se asegura en Moscú que los dirigentes soviéticos conceden a las reuniones de la ciudad suiza una importancia extraordinaria.La Prensa soviética, que suele recoger los puntos de vista oficiales sobre estos temas, consideraba las negociaciones de Ginebra, en sus comentarios de ayer, como una oportunidad para obtener "soluciones radicales" sobre la reducción de armamentos, informa la agencia Reuter. El diario oficial del PCUS, Pravda, afirma en un editorial publicado ayer que Moscú acude a esta cita "consciente de su responsabilidad ante la humanidad".

El ministro soviético viajará a Ginebra acompañado por uno de sus viceministros, Gueorgui Kornienko, y por Víctor Karpov, un veterano de las negociaciones sobre el desarme. Karpov participó en las primeras negociaciones sobre misiles de medio alcance en tiempos del presidente Jimmy Carter, antes de asistir a las negociaciones START sobre misiles estratégicos, informa Le Monde.

Resultan significativas las ausencias de la delegación de algún militar y de Yuli Kvitsinski, personaje principal soviético en las negociaciones sobre euromisiles en Ginebra que concluyeron a finales en 1983, cuando Estados Unidos inició el despliegue de sus nuevos cohetes en Europa. Esto parece una demostración de que Moscú afronta este nuevo período negociador como una fase completamente nueva. Víctor Karpov, de 56 años, estará asistido por Alexis Obujov, director adjunto del Departamento de Estados Unidos del Ministerio de Asuntos Exteriores; Anatoli Dobrinin, embajador de la URSS en Washington, y VIadimir Lomeiko, director del Servicio de Prensa de Gromiko.

La posición de Moscú sobre las conversaciones no se conoce aún, pero se da por seguro que la URSS no acepta la teoría norteamericana de dividir las negociaciones sobre armas ofensivas (los misiles nucleares de medio y largo alcance) y defensivas (los sistemas espaciales antimisiles y antisatélites).

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Moscú ha puesto gran énfasis en afirmar que las reuniones de Ginebra son iniciativa soviética, y que su culminación deseable la constituiría el anuncio de alguna concesión por parte de Washington. Lo ideal sería, según los soviéticos, poder informar que Estados Unidos detiene su programa de armas en el espacio. Mijail Gorbachov, miembro del Politburó del PCUS, dijo durante su viaje al Reino Unido, el mes pasado, que la Unión Soviética intentaría una moratoria sobre las armas en el espacio, pero se han producido signos indicadores de que Moscú no va a plantear este tema como una precondición para negociar. Los observadores en Moscú creen que lo que la URSS pretende, sin decirlo, y de modo que no se le obligue a perder la cara, es reanudar las conversaciones sobre euromisiles, sin renunciar al mismo tiempo a obtener progresos en las negociaciones sobre armamento nuclear de largo alcance.

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