El lenguaje técnico está agotado y ha llegado el momento del arbitraje político, afirma Manuel Marín

Todo parece indicar que los temas del vino y de la pesca irán a la cumbre europea de Dublín", manifestó ayer en Bruselas el Secretario de Estado para la Relaciones con la CEE, Manuel Marín. Tras la reunión que mantuvo ayer con el presidente de] Consejo de Ministros de la CEE, Peter Barry, y con el vicepresidente de la Comisión Europea, Lorenzo Natali, Marín, cansado y con ojeras, consideró que "en términos generales el lenguaje técnico está agotado y ha llegado el momento del arbitraje político".Marín proseguirá hoy sus reuniones para "clarear" los temas que serán objeto de negociación ...

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Todo parece indicar que los temas del vino y de la pesca irán a la cumbre europea de Dublín", manifestó ayer en Bruselas el Secretario de Estado para la Relaciones con la CEE, Manuel Marín. Tras la reunión que mantuvo ayer con el presidente de] Consejo de Ministros de la CEE, Peter Barry, y con el vicepresidente de la Comisión Europea, Lorenzo Natali, Marín, cansado y con ojeras, consideró que "en términos generales el lenguaje técnico está agotado y ha llegado el momento del arbitraje político".Marín proseguirá hoy sus reuniones para "clarear" los temas que serán objeto de negociación el 27 y, 28 de noviembre, antes de la cumbre europea del 3 y 4 de diciembre. Natali consideró "necesario el maratón negociador a finales de mes "para resolver los puntos esenciales". Aunque se puedan cerrar algunos temas, el de noviembre no será el maratón decisivo, indicaron fuentes españolas, y habrá que esperar para ello a una reunión que se podría convocar inmediatamente después de la cumbre.

En pesca "habrá que echar dosis de posibilismo", dijo Marín. España no puede aceptar un período transitorio que la deje al margen de la revisión de la Política Pesquera Común prevista para 1992 y que entrará en vigor en el 1 de enero de 1993.

España, según Marín, tampoco puede ni política ni jurídicamente aceptar un período transitorio en pesca prorrogable, según haya una decisión o no en el curso del propio período sobre la reforma del régimen a aplicar.

En agricultura, la posición que se dibuja desde la CEE sería también inaceptable, pues incluye entre los productos sensibles a los cítricos. España rechaza asimismo cualquier fórmula que permitiera a un país miembro tras la adhesión bloquear toda modificación en la lista de productos sensibles sometidos a medidas especiales para los intercambios comerciales.

Vías de acuerdo

En cuanto al aceite de oliva, Marín va a solicitar la aplicación íntegra de la normativa comunitaria -es decir, entre otras cosas, la aproximación de los precios españoles a los comunitarios desde el día de la adhesión, "pues no hay argumento en contra". Si la CEE acepta esto puede haber campo para negociar otros aspectos. Pero Marín rechaza por otra parte "de plano" que la congelación durante unos años del régimen comercial en España de otros aceites vegetales sea una cesión de la CEE.

El desarme arancelario lineal -es decir, por partes iguales en siete años- está al alcance de la mano, según españoles y comunitarios, como lo está una solución aceptable para un desarme más rápido, en tres años, de unos pocos productos con una arancel actual superior al 24 %.

En asuntos sociales, Marín considera como no negociables tres aspectos -la igualdad de trato, la equiparación de las prestaciones familiares y la no aceptación un período más largo (10 años) para el caso luxemburgués

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