Crítica:MÚSICA CLÁSICA

Cuatro compositores del País Vasco

Poco público para este segundo concierto del ciclo musical de los Encuentros Culturales del País Vasco. El Conjunto Instrumental de Madrid, formado básicamente por profesores de la Sinfónica de RTVE, dirigido por José María Franco, tocó con corrección dentro de una línea de versiones susceptibles de mayor depuración en matices y rigor de medida.Izengabekoa, obra de Félix Ibarrondo estrenada en Saintes en 1977, muestra el prototipo de discurso musical de este compositor vasco (de carrera en buena parte francesa), hecho de tensiones y contrastes violentos que no excluyen pasajes de gran c...

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Poco público para este segundo concierto del ciclo musical de los Encuentros Culturales del País Vasco. El Conjunto Instrumental de Madrid, formado básicamente por profesores de la Sinfónica de RTVE, dirigido por José María Franco, tocó con corrección dentro de una línea de versiones susceptibles de mayor depuración en matices y rigor de medida.Izengabekoa, obra de Félix Ibarrondo estrenada en Saintes en 1977, muestra el prototipo de discurso musical de este compositor vasco (de carrera en buena parte francesa), hecho de tensiones y contrastes violentos que no excluyen pasajes de gran crispación, evidentemente más fáciles de sacar a la luz en la interpretación que los de expresividad opuesta.

Conjunto Instrumental de Madrid

Izengabekoa (Ibarrondo), Latidos (De Pablo), De Profundis (Larrauri) y Relatividades (Bernaola).Director: José María Franco Gil. Teatro Real, Madrid, 4 de mayo.

Fue escrita por encargo de Radio France, cuya nueva Orquesta Filarmónica, dirigida por Gilbert Amy, la dio a conocer hace tres años. En un trabajo de próxima publicación, Horacio Vaggione define acertadamente Latidos como una "producción caleidoscópica de relaciones temporales complejas a partir de una multiplicidad de pulsaciones elementales". La original idea de desarrollar una especie de polifonía de latidos o pulsaciones que dan, por superposición y según la dirección de la atención del oyente, muy diversas combinaciones rítmicas, se traduce en una interesante y atractiva composición que intuimos debe dar matices muy nuevos a cada audición.

De profundis fue escrita por Antón Larrauri en 1976. Su trazado es básicamente horizontal y juega con yuxtaposiciones y simultaneidades de bloques de diferente densidad sonora.

El concierto concluyó con otra obra bien conocida, Relatividades, de Carmelo Bernaola.

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