Los intelectuales catalanes plantean en Gerona el derecho de las naciones a tener Estado

Eugenio Trías caracterizó el caso catalán como de sociedad civil sin Estado

La segunda jornada del encuentro ¿Qué es España?, que se celebra en Gerona desde el jueves y terminara esta tarde, transcurrió ayer en un tono polémico más acentuado que en el día inaugural. Us conferencias de ayer, a cargo del escritor Rafael Sánchez Ferlosio, el filósofo Eugenio Trías y el compositor y musicólogo Luis de Pablo, incidieron en la viabilidad del nacionalismo, las características de las identidades española y catalana y los fundamentos de la identidad cultural en el ámbito musical. La principal característica de los debates de ayer fue la toma de posición de los participantes ca...

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La segunda jornada del encuentro ¿Qué es España?, que se celebra en Gerona desde el jueves y terminara esta tarde, transcurrió ayer en un tono polémico más acentuado que en el día inaugural. Us conferencias de ayer, a cargo del escritor Rafael Sánchez Ferlosio, el filósofo Eugenio Trías y el compositor y musicólogo Luis de Pablo, incidieron en la viabilidad del nacionalismo, las características de las identidades española y catalana y los fundamentos de la identidad cultural en el ámbito musical. La principal característica de los debates de ayer fue la toma de posición de los participantes catalanes acerca de la necesidad de plantear el problema del Estado con el fin de que todas las comunidades españolas puedan dilucidar su identidad desde posiciones de igualdad.

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La sesión de ayer, viernes, prometía ser mas movida desde el principio, tanto por la relativamente menor especialización temática de las ponencias como por el elevado contenido polémico de algunas de ellas. Singularmente, la intervención de Rafael Sánchez Ferlosio, cuyo texto completo (47 folios mecanografiados, desglosados en un corpus principal de 30 folios y un apéndice de citas de 17) había sido repartido entre los asistentes el día anterior, despertó reacciones diversas, algunas de total adhesión; otras extraordinariamente críticas, sobre todo entre los intelectuales catalanes.En su disertación, Rafael Sánchez Ferlosio no emprendió la lectura literal de su extensa ponencia -escrita, por lo demás, en lenguaje vivaz y en ocasiones picante- sino que desarrollo 10 puntos seleccionados de la misma. Tras dirigirse a los asistentes con las palabras "Bueno, si me han estudiado ustedes la lección-", Sánchez Ferlosio emprendió un decidido ataque contra los nacionalismos, a los que calificó en principio de "fetiches de la identidad histórica". Tras expresar su profundo escepticismo ante "las llamadas señas de identidad nacionales, por ejemplo las lenizuas", el ponente hizo unas consideraciones sobre el idioma catalán. Sánchez Ferlosio dijo que "por su situación entre dos lenguas poderosísimas como el francés y el castellano, el catalán no tiene más de 50 años de vida como idioma", y añadió que "no es especialmente desolador que un idioma desaparezca; lo es, pero es más desolador que desaparezca el plurilingüismo humano, ya que, en distintas lenguas, la verdad puede sonar de distinto modo. La homogeneización que produciría el monolingüismo podría ser pavorosa".

Fútbol y nacionalismo

Sánchez Ferlosio criticó la "mala universalidad" actual, pero dijo que, contra ella, el nacionalismo no es más que "una línea de defensa desesperada y carente de sentido". Seguidamente, hizo una metáfora de los nacionalismos a través de las camisetas de fútbol, de las que dijo que "discriminan, sirven de distintivos cuando no hay otras cualidades diferenciales". Al abordar el tema de la "conciencia histórica", Sánchez Ferlosio dijo que "si es que tiene algun sentido -que no lo tienehacerse responsable de las obras de nuestros antepasados, lo que deberíamos tener es vergüenza histórica".

Sobre la vergüenza histórica. se extendió arremetiendo contra el "intento de conmemoración del quinto centenario del descubrimiento de América", que calificó de "indigno y vergonzoso, porque es la orgía del blanco colonialista sobre los pueblos que ha oprimido y, siento ser demagógico, convirtiéndolos en el llamado Tercer Mundo".

Rafael Sánchez Ferlosio terminó su exposición -tras una serie de observaciones tangenciales, entre ellas la de que "para dejar de ser catalán, a cualquiera deberían bastarle dos horas de ejercicio mental autosugestivo, igual que para asumir una derrota del Barça"- con la propuesta de una "moral de perfección" en lugar de la "moral de identidad" de los nacionalismos, y calificó a quienes "necesitan autoafirmarse" como "masoquistas y autoflagelantes". "Este sínodo", dijo refiriéndose al propio programa de las jornadas, "cae en el pecado al decir que desea desarrollar las propias potencialidades: yo propongo exactamente lo contrario".

El problema del Estado

A la ponencia de Rafael Sánchez Ferlosio siguió la de Eugenio Trías, quien, pese a empezar diciendo que "mi acuerdo con Sanchez Ferlosio es absoluto, absoluto...", centró el ámbito del debate en un terreno completamente diferente y de hecho más próximo conceptualmente a la finalidad del debate. Pese a su acuerdo teórico con el enfoque antinacionalista a ultranza de su predecesor, Eugenio Trías analizó las diferencias que existen entre un "Estado sin nación, como ha sido durante mucho tiempo el Estado basado en Madrid, y una nación sin Estado, como es el caso de Cataluña".

Según Eugenio Trías, desde el momento en que existe desequilibrio entre un poder estatal y unas comunidades que no tienen acceso a un Estado propio, este problema debe ser planteado para conocer la identidad cfe las sociedades. Se refirió al caso concreto de Cataluña al afirmar que "lo que tiene de específico el catalanismo político es que no está fundamentado ni en la cultura ni en la lengua ni en la. historia exclusivamente, por más que durante los últimos años haya utilizado estos conceptos por mimetismo con respecto al nacionalismo español". En este punto, Trías distinguió y explicó tres características diferenciales en el caso catalán: la existencia de una "sociedad civil o burguesa", el concepto de "patria, pero en el sentido materno y también paternal", y el concepto de "ciudad, en el sentido de civilización, de civilidad".

Identidad y mimetismos

Eugenio Trías propuso una definición de España que, a su juicio, ofrece también claves para desvelar la identidad catalana. "España", dijo "ha sido a lo largo de este siglo un pleito no dirimido entre una sociedad sin Estado (Catalufía, por ejemplo) y un Estado sin sociedad (Madrid)".Eugenio Trías culminó su ponencia con una revista al período de crisis social y de Estado que atravesó España entre la pérdida de las últimas posesiones coloniales, en 1898, y el estallido final de la guerra civil. A través de dicho período, Trías hizo la contraposición entre una "sociedad civil" catalana, agitada por múltiples transformaciones económicas y tensiones sociales y "Madrid, más corte que ciudad, poblado por una clase dominante que permanecía en la ignorancia de su propio hundimiento". Citó a Unamuno al decir que "España padece una crisis global de sentimiento patriótico, ligada al conflicto entre modernidad y Edad Media, entre civilización y ruralidad". Las palabras finales de su intervención fueron para pronosticar que "España tendrá sentido algún día como pacto político-lingüístico". La última ponencia de la jornada de ayer estuvo a cargo del compositor y musicólogo Luis de Pablo, que centró su intervención en las señas de identidad de la música española y en la problemática general de la cultura española. HaW de Manuel de Falla, que quería construir su país musicalmente hablando, quería construir una identidad musical española y el medio de hacerlo, el medio de cubrir el vacío musical español de los siglos XVIII y XIX fue el descubrimiento de la música de Stravinsky".

Agregó que "en los años recientes, los músicos españoles se han visto obligados a una internacionalización forzosa para poder sobrevivir" y se quejó de que las pautas que sigue tanto la música culta como la popular en España responden a un mimetismo de modas extranjeras, desde la imposición de repertorios musicales -centroeuropeos, por ejemplo- hasta la imitación mecánica de la música anglosajona por parte de los jóvenes.

La conclusión de Luis de Pablo, quien, pese a tocar un aspecto muy particular del tema, se centró en cuestiones vitales de la identidad cultural, fue que "España no dispone hoy de los medios para la comprensión de su identidad cultural, que es necesariamente colectiva. "No hay una cultura española", aseguró. "Hablar hoy de culturas nacionales no es hablar de cultura, sino de política cultural, y yo diría que de política a secas. Lo que se trata de conservar no es tanto nuestra identidad, sino nuestra libertad".

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