Despedida poética a Julio Huasi ante su retorno a Argentina

El poeta y periodista argentino Julio Huasi se despide hoy miércoles de su exilio español con la presentación y lectura de su última obra, Matria mía azul. En un acto que él quiere que sea humano y antiacadémico, el poeta Luis Rosales y el filósofo José Luis Aranguren son las personas encargadas de dirigir el recital con el que se despedirá a las 19.30 en el Instituto de Cooperación Iberoamericana (ICI).Huasi, nacido en Buenos Aires en 1935 y exiliado en España desde el mes de abril de 1979, quiere que el acto de despedida (él prefiere llamarlo suceso) se convierta en "una muestra de so...

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El poeta y periodista argentino Julio Huasi se despide hoy miércoles de su exilio español con la presentación y lectura de su última obra, Matria mía azul. En un acto que él quiere que sea humano y antiacadémico, el poeta Luis Rosales y el filósofo José Luis Aranguren son las personas encargadas de dirigir el recital con el que se despedirá a las 19.30 en el Instituto de Cooperación Iberoamericana (ICI).Huasi, nacido en Buenos Aires en 1935 y exiliado en España desde el mes de abril de 1979, quiere que el acto de despedida (él prefiere llamarlo suceso) se convierta en "una muestra de solidaridad con la gente de la cultura española".

Autor de obras como Yanquerías (1960), Los increíbles (1965) o Asesinaciones (1981), dice que tiene muchas deudas en el alma con España, pero añade que no puede quedar al margen del momento que vive Argentina. "Yo sé que si no me voy ahora, no lo haré nunca. No hay todavía garantías para nadie, porque en las calles hay miles de asesinos. Sé, además, que me voy a encontrar con un país desangrado y saqueado por boas foráneas y vernáculas. Pero yo soy uterino de aquel vértice austral y amo la estética del Sur".

Ese misino sentimiento uterino se refleja en la obra -un único poema- que hoy presenta a modo de despedida. "Matria mía azul es un homenaje a todas las madres que insistentemente han clamado por la libertad en la plaza de Mayo. Yo, a partir de este hecho maravillo decidí que en lugar de patria, tengo matria".

Sus años de exilio español han transcurrido en Madrid, en un piso situado en el barrio de Vallecas, un núcleo urbano similar a los que él conoció en su Buenos Aires natal. "Aquí me he sentido muy bien. Llegué con un coleante conflicto laboral con la agencia Efe, de la que yo era corresponsal en Chile. Pero al instalarme aquí (su mujer y sus dos hijos habían viajado a España en 1976, justo después del golpe de Videla) empecé a vender colaboraciones periodísticas en EL PAIS. Mi esquizofrenia poética encontró salida de la mano de Luis Rosales y de Manuel Ríos, quienes me ofrecieron las páginas de La Nueva Estafeta".

Él, que se confiesa antiimperialista y demócrata como única militancia, asegura que no quiere quedar fuera del momento vital que vive su país y su continente. "Mi estancia aquí fue muy grata, pero ahora tengo que irme".

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