Responsabilizan al general Camps del asesinato de tres niños disparándoles a la cabeza

Isabel de Mariani, presidenta de las Abuelas de la Plaza de Mayo, afirmó ayer que tres niños de edades comprendidas entre tres y ocho años dados por desaparecidos en 1976, fueron encontrados muertos, con los cráneos perforados por disparos de bala, junto a los cuerpos de sus padres en el cementerio bonaerense de San Isidro.

Los niños desaparecieron, junto a sus padres, durante una operación militar-policial en San Isidro, una localidad del Gran Buenos Aires, en 1976, tras el golpe militar que derrocó el régimen de Isabel Martínez de Perón.La presidenta de las Abuelas de Plaza de May...

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Isabel de Mariani, presidenta de las Abuelas de la Plaza de Mayo, afirmó ayer que tres niños de edades comprendidas entre tres y ocho años dados por desaparecidos en 1976, fueron encontrados muertos, con los cráneos perforados por disparos de bala, junto a los cuerpos de sus padres en el cementerio bonaerense de San Isidro.

Los niños desaparecieron, junto a sus padres, durante una operación militar-policial en San Isidro, una localidad del Gran Buenos Aires, en 1976, tras el golpe militar que derrocó el régimen de Isabel Martínez de Perón.La presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, organización que busca la aparición con vida de centenares de niños que desaparecieron vivos junto a sus padres durante la represión militar y policial, responsabilizó del hecho al entonces jefe de la policía metropolitana de Buenos Aires, general Ramón Camps, cuya detención fue decretada el jueves por el presidente de la República, Raúl Alfonsín.

Camps, quien se jactó públicamente de ser el responsable de 5.000 desapariciones, afronta también una denuncia del actual subsecretario del Ministerio de Educación, Alfredo Bravo, quien sostiene que fue torturado por órdenes del general durante trece días, entre el 8 y el 21 de diciembre de 1977, en los cuales el propio Camps le interrogó de forma violenta y soez dentro de las dependencias del Cuartel General de la Policía de Buenos Aires.

Alfredo Bravo, que es miembro de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, en su denuncia ante la justicia aseguró que por órdenes de Camps fue torturado e interrogado con los ojos vendados hasta que su interrogador le quitó la capucha con la que le cubrían la cabeza.

"Me exigía contar todo, realmente no sé qué, y luego me dijo que tras aquellas sesiones lo único que me restaba por hacer era suicidarme", dijo Bravo.

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