La actividad cultural en la universidad Menéndez Pelayo

La tertulia del maestro

El coloquio sobre la creación literaria que Jorge Luis Borges, Guillermo Cabrera Infante, Juan Cueto y Emir Rodríguez Monegal ofrecieron el lunes por la tarde en el paraninfo de La Magdalena fue únicamente el pórtico a una apretada serie de brillantes actividades que van a tener lugar durante estos días en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. El acto del paraninfo -que se encontraba abarrotado de un público joven- fue, sobre todo, una especie de tertulia amistosa, conducida con la gran destreza que proporciona la experiencia, por Rodríguez Monegal, que acompaña siempre a Borges en est...

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El coloquio sobre la creación literaria que Jorge Luis Borges, Guillermo Cabrera Infante, Juan Cueto y Emir Rodríguez Monegal ofrecieron el lunes por la tarde en el paraninfo de La Magdalena fue únicamente el pórtico a una apretada serie de brillantes actividades que van a tener lugar durante estos días en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. El acto del paraninfo -que se encontraba abarrotado de un público joven- fue, sobre todo, una especie de tertulia amistosa, conducida con la gran destreza que proporciona la experiencia, por Rodríguez Monegal, que acompaña siempre a Borges en estos casos.Con Monegal como introductor, el maestro se ofrecía a su auditorio para darle su verdad a medias, su espejeante mentira y, en definitiva, todo el ingenio de que se nutre tanto su conversación como su obra. Desde la mesa se habló del Borges tramposo que se hurta a los demás y se hizo con especial cariño; se sacó a colación lo que el narrador camufla o desvela, según le conviene, de su propia bibliografía. Monegal, buen seguidor del maestro, descubría al público aparentes secretos. Guillermo Cabrera Infante puntualizaba con ironía cuando era necesario y Juan Cueto hacía las veces de moderador y de fan completamente entregado.

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Más de una pregunta

De la sala surgieron todo tipo de preguntas: desde las que se referían al significado de los cuentos borgianos hasta aquéllas que hablaban de los filmes que se han basado en su obra. E incluso cuando los interrogantes eran poco ocurrentes, Borges les daba la vuelta y conseguía arrancar la sonrisa, cuando no la carcajada, de su auditorio. Al final, alguien de la mesa pronunció la clásica frase: "Bueno, para terminar, una pregunta más", y Borges, con aire candoroso, dijo: "sí, pero, por favor, que sean tres".

Por la noche, en la plaza Porticada, el grupo de cámara I Musici ofreció un exquisito programa compuesto por obras de Corelli, Vivaldi, Mozart, Albinoni, Don¡zetti y Rossini, al que asistieron el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, y el propio Jorge Luis Borges.

En la mañana del martes, siguiendo con este avalancha de actividades, Joseph Losey ofreció una charla-coloquio sobre la relación entre cine y literatura, dentro del seminario que se está desarrollando sobre el tema. Las preguntas abarcaron mucho más.

A Losey se le preguntó por las novelas que ha llevado al cine o que ha querido llevar, pero también por su opinión sobre las nuevas tecnicas de vídeo, sobre el estado actual de la industria cinematográfica y sobre un montón de temas que pertenecen a su biografía. Lo más interesante fue la definición que hizo Losey acerca de su reacción como director ante un texto literario: "Para que una novela me interese", dijo, "tengo que sentir en ella, aunque sea en una sola página, que hay algo susceptible de ser captado por el ojo de la cámara".

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