La situación argentina

A finales de 1970 miles de argentinos, tal vez 30.000, desaparecieron. Se cree que la mayoría han sido secuestrados y asesinados por militares profesionales. Otros miles fueron torturados y se expropiaron negocios y propiedades. Todo esto forma parte de la guerra sucia, una campaña contra el terrorismo armado. Comenzó debido a que el Gobierno constitucional no podía afrontar los audaces ataques de los grupos izquierdistas y peronistas. (...)Sí, se logró acabar con el terrorismo, pero el terror se convirtió en una política de Estado. Pertenecer a un partido de izquierda, ser judío, tener un hij...

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A finales de 1970 miles de argentinos, tal vez 30.000, desaparecieron. Se cree que la mayoría han sido secuestrados y asesinados por militares profesionales. Otros miles fueron torturados y se expropiaron negocios y propiedades. Todo esto forma parte de la guerra sucia, una campaña contra el terrorismo armado. Comenzó debido a que el Gobierno constitucional no podía afrontar los audaces ataques de los grupos izquierdistas y peronistas. (...)Sí, se logró acabar con el terrorismo, pero el terror se convirtió en una política de Estado. Pertenecer a un partido de izquierda, ser judío, tener un hijo, estudiante activo en el movimiento estudiantil, significaba el peligro de desaparecer. Hasta una rivalidad comercial o una enemistad personal podía provocar denuncias y muerte. El remedio fue peor que la enfermedad.

Ahora esta pesadilla ha pasado. Se espera que este otoño sea elegido un nuevo Gobierno civil y que se instale a primeros del próximo año. Pero los militares parecen decididos a proteger a los terroristas dentro de sus propias filas. Edward Schumacher, del Times, informa que la Junta Militar está preparando una amnistía para absolver a todos los que participaron en la guerra sucia y a los civiles acusados de terrorismo.

Las víctimas del terrorismo estatal se sienten ultrajadas y han salido a la calle para protestar. ( ... ) Sólo una justicia firme y compasiva, no una amnistía, es la única solución para exorcizar este monstruoso demonio de la vida argentina. La mayoría de los candidatos presidenciales han prometido anular dicha ley de amnistía, pese a que los militares amenazan con un nuevo golpe de Estado. Tienen toda la razón de correr ese peligro. ( ... ).

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