Guinovart cede un conjunto escultórico a Palma de Mallorca

En diciembre, Palma habrá recuperado una de las zonas más bellas de su costa, la que se observaba al entrar en la bahía, con los encajes góticos de su catedral temblando en el mar. El Parc de Mar devolverá el espejo de las aguas a los pies de la catedral y allí mismo se instalará un grupo escultórico, realizado en piedra de marés y hormigón teñido, de 200 metros de extensión, que ha creado y ha cedido a la ciudad el artista catalán Josep Guinovart. La construcción del proyecto costará tres millones de pesetas, y concluirá en Navidad, cuando se inaugure el parque.

No se trata de una ...

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En diciembre, Palma habrá recuperado una de las zonas más bellas de su costa, la que se observaba al entrar en la bahía, con los encajes góticos de su catedral temblando en el mar. El Parc de Mar devolverá el espejo de las aguas a los pies de la catedral y allí mismo se instalará un grupo escultórico, realizado en piedra de marés y hormigón teñido, de 200 metros de extensión, que ha creado y ha cedido a la ciudad el artista catalán Josep Guinovart. La construcción del proyecto costará tres millones de pesetas, y concluirá en Navidad, cuando se inaugure el parque.

No se trata de una escultura cuya más o menos adecuada ubicación haya que decidir, como ha sido el caso, en estos últimos tres años, de las dos obras de Martínez Pavía, de la de Falko Hasse o de las donaciones a la ciudad de Palma de Joan Miró (dos esculturas), Aligi Sassu o Josep M. Subirachs. Ni siquiera se trata de una escultura o de un grupo escultórico.

A la donación de Josep Guinovart a la ciudad de Palma tienen difícil acceso las definiciones. Se trata de ordenar un espacio de 500 metros cuadrados que, a su vez, está sujeto al proyecto del Parc del Mar, actualmente en una fase ya muy avanzada de ejecución. El principal objetivo es restaurar la silueta del casco antiguo de la ciudad, especialmente el conjunto de catedral y palacio de La Almudaina, gravemente averiado por la gran explanada que se extiende entre las murallas y la autopista del aeropuerto.

La catedral y el agua

Estos terrenos robados al mar, convertidos en un sórdido descampado suburbial, borraron el gótico catedralicio que reproducían las aguas de la bahía, desfigurando la primera imagen proyectada por la ciudad y dejando sin sentido unos textos literarios de Rusiñol, Borges, Vuillier, Salaverría... Pero, sobre todo, habían alejado el mar de los palmesanos precisamente en un lugar en el que era especialmente asequible. El proyecto del equipo Zócalo, al permitir a las aguas volver a ocupar una parte del espacio que les había pertenecido, indemniza a la fisonomía y la historia de la ciudad por unos daños estéticos y urbanísticos que no deberían habérseles causado.Guinovart ha querido que todo su proyecto, con la excepción del arco central y las ruedas, que serán de hormigón, sea ejecutado en piedra de Santanyí, la versión más noble y resistente de la arenisca material de construcción por antonomasia de Mallorca y al que tanto debe la mejor arquitectura de la isla. No sólo los arquitectos; también los escultores lo han ennoblecido. Para Guinovart se trataba sobre todo, de elegir un material que no ofreciera ninguna duda con respecto a su parentesco con los más ilustres edificios religiosos y civiles de la ciudad, y que fuera al mismo tiempo capaz de hermanar se cromáticamente con ellos en un plazo relativamente corto de tiempo, sin necesidad de recurrir a técnicas groseramente artificiales.

El proyecto de Guinovart, nacido en estrecha colaboración con los arquitectos del equipo Zócalo dotará a la ciudad de un espacio para cuya ordenación el artista se ha servido de múltiples experiencias anteriores y en el que resume su íntima relación con el entorno.

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