El escultor canario José Abad reivindica el concepto de 'barroco' en el arte

El escultor canario José Abad inauguró ayer en Barcelona su exposición titulada Homenaje al barroco. Se trata de 36 piezas trabajadas en madera y la primera vez que este artista tinerfeño muestra su trabajo en una exposición individual en Barcelona. Según José Abad, hay que abandonar las connotaciones peyorativas que tiene el concepto de barroco aplicado al arte, entendido no como simple etapa de la historia del arte sino como un determinado espíritu que sobrevive. Su obra parte del hecho aleatorio de empezar a trabajar con un objeto encontrado.

"El hecho de partir de un objeto encontra...

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El escultor canario José Abad inauguró ayer en Barcelona su exposición titulada Homenaje al barroco. Se trata de 36 piezas trabajadas en madera y la primera vez que este artista tinerfeño muestra su trabajo en una exposición individual en Barcelona. Según José Abad, hay que abandonar las connotaciones peyorativas que tiene el concepto de barroco aplicado al arte, entendido no como simple etapa de la historia del arte sino como un determinado espíritu que sobrevive. Su obra parte del hecho aleatorio de empezar a trabajar con un objeto encontrado.

"El hecho de partir de un objeto encontrado hace que el azar y la intuición tengan una parte importante de responsabilidad en mi obra", comenta Abad a este diario. Esta aceptación del azar, de cercanías surrealistas, dadaístas, evita que se le pueda aplicar a Abad el discurso del autor que proyecta su mundo en la obra que realiza. "A partir de esta fascinación por un objeto ajeno, construyo un mundo en el que interviene mi formación, mi deformación, como correctivo del factor circunstancial". Abad afirma que su obra hace olor a surrealismo. "Creo que el mismo Tenerife es surrealista. No hay puerto donde se pueda encontrar a un Harrier encima de una camioneta cargada en un buque y, a unos pocos centenares de metros, un vagón de ferrocarril abandonado a la espera de que lo conviertan en biblioteca".Dos elementos juegan una baza importante en su obra: el color negro y los agujeros, el vacío. "Al principio, usé el negro de una manera intuitiva. El negro no es un color, es el único elemento cromático que no induce otro color ni produce formas que no estén en la misma obra. Para mí, el negro es una forma de pureza. Por otra parte, el hueco tiene la misma importancia que la masa". Algunos críticos han hablado, referiéndose a este último aspecto de la escultura de Abad, de una proximidad con Henry Moore de la que el artista no participa plenamente.

El título de su exposición supone una reivindicación del concepto de barroco. "Cuando se usa este término se hace como calificativo peyorativo de algo. Sin embargo, el barroco tiene una serie de elementos positivos y a ellos me refiero. Como canario, además, tengo muy presente que el arte insular empieza con el barroco". Los historiadores del arte, cuando se refieren al barroro, lo analizan como producto de una etapa de crisis. El Renacirniento, su admiración por lo antiguo junto a su optimismo racionalista, entra en crisis y el barroco, con sus figuras sin orden, desbordantes, supone una búsqueda con notorios grados de incertidumbre. Esta asociación de una situación de crisis con un espíritu barroco, lo ve reflejado Abad en muchos y distintos períodos. "La gran literatura española se escribe cuando se pierde el imperio y la crisis del franquismo ha dado paso a un gran arte español. Es, por tanto, un concepto aplicable a distintas etapas del arte. El estilo dórico, por ejemplo, sería el barroco de los griegos y su barroquismo no lo hace peor que el jónico".

Canarias y Cataluña

El crítico J. Corredor Matheos, en el texto de presentación de la muestra barcelonesa de José Abad, afirma que en su obra se advierte, en la acumulación de formas y en sus constantes rupturas, una ansia de vivir que se combina con la presencia de la muerte a través del negro. Un mundo sin color que inquieta. "Objetos que fueron vivos y que ahora se han convertido en estatuas de sí mismos ( ... ). Todo, en un punto indefinible, en la que lo conocido y lo desconocido, la razón y la sinrazón, el misterio, se encuentran", afirma el crítico.Hace tres años, José Abad recibió la segunda mención del premio de dibujo Joan Miró. Fue su primer contacto con Barcelona y la cultura catalana. Contacto que en Canarias tiene antecedentes tan notorios como el del dramaturgo Ángel Guimerá o el hecho, más próximo, de que un canario haya sido el traductor al castellano de la poesía de Salvador Espriu.

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