La división de vinos de Rumasa

Las cavas de Sant Sadurní volverán al sector privado

Las últimas declaraciones del ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, avanzando la posibilidad de que algunas empresas del Grupo Rumasa, como por ejemplo, vinos y espumosos, volvieran al sector privado cuando ya se tuvieran todos los datos en la mano, han tranquilizado al sector champañero de Sant Sadurní d'Anoia. La adquisición por el holding de la abeja de cavas como Castellblanch o Segura Viudas no fue, en su momento, más que un traspaso de propiedad de unas manos a otras, manteniendo los mismos beneficios.La nueva gestión en las cavas adquiridas por el grupo ha sido to...

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Las últimas declaraciones del ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, avanzando la posibilidad de que algunas empresas del Grupo Rumasa, como por ejemplo, vinos y espumosos, volvieran al sector privado cuando ya se tuvieran todos los datos en la mano, han tranquilizado al sector champañero de Sant Sadurní d'Anoia. La adquisición por el holding de la abeja de cavas como Castellblanch o Segura Viudas no fue, en su momento, más que un traspaso de propiedad de unas manos a otras, manteniendo los mismos beneficios.La nueva gestión en las cavas adquiridas por el grupo ha sido todo lo correcta que cabía esperar, según Agustí Trelló, presidente de la Conferencia dels Vins Espumosos de Sant Sadurní. Trelló señala que "la admnistración de Rumasa ha mantenido los puestos de trabajo a pesar de invertir en nueva teconología y que, al igual que las restantes cavas del sector, ha conseguido sostener el mismo nivel de beneficios sin desarrollar ninguna política de expansión". No obstante, Agustí Trelló admite que "quizá se ha cambiado un poco la es tructura interna de la empresa, ha ciéndose más hermética y menos paternalista, pero lo que importa es que todo se hacía con gran se riedad, se respondía a los pagos y todo el mundo sabía a qué atenerse".

Hace nueve años

El grupo Rumasa se introdujo en el sector del cava hace nueve años, animado por su satisfactoria experiencia en vinos, mediante la compra de Castellblanch, una empresa que elaboraba cava desde 1921 y que había sido fundada por Jerónimo Parera doce años antes En 1974, fecha de la compra, y estaba situada como la tercera marca de importancia en la región y así se ha mantenido. Elabora unos 5,5 millones de botellas al año, ocho veces menos que la pri mera del sector, Codomiu, que fa brica 45 millones de botellas.

Segura Viudas fue adquirida hace cinco años y al igual que las otras marcas no ha sufrido desde entonces ni aumentos ni disminuciones aparentes en producción, ventas o exportación.

La adquisición de Canals Nubiola ha significado la entrada de¡ grupo en otro sector de los espumosos, la especie grand vas, recientemente llamada cube clos, modalidad en la que sí han aumentado considerablemente la exportación, pasando a ser una de las principales suministradoras de Suiza.

Aunque la gestión de estas empresas parece tener diferencias más notables que otras del grupo, los directivos de las mismas -quizá temiendo por el futuro de su puesto de trabajo- se niegan a hacer cualquier tipo de declaración: "Si quieres que hablemos del cava, de su elaboración y demás podemos estar horas y horas, pero no voy a decir una palabra de la empresa, de su relación con Rumasa, de cómo funcionaba, etcétera, ni pienso dar ningún tipo de opinión", ha manifestado -cortando secamente la conversación- José Ollé Amill, director general de Segura Viudas desde que ésta fue comprada por Rumasa. Los casi quinientos trabajadores de las cavas afectadas, entre las que se encuentran, además de las citadas, Conde de Caralt (que se elabora en la Heredad Segura Viudas), René Barbier (Castellblanch), Raim d'Or y las empresas de exportación Uva-export y Exportvin, aunque tranquilos, se mantienen a la expectativa. En opinión de Albert Pujol Torné, responsable de CC OO del sector y concejal del Ayuntamiento de Sant Sadurní, la gran mayoría de trabajadores estaban muy descontentos de la gestión socio-laboral del grupo: "Desde que la abeja entró en las cavas cambiaron muchas cosas y cada día el descontento ha ido en aumento. Prácticamente era imposible desarrollar ningún tipo de negociación con la empresa, que se oponía a cualquier tipo de diálogo. Las relaciones eran frías e impersonales. Aunque se diga lo contrario, se han perdido algunos puestos de trabajo y han aumentado los ritmos de trabajo, sobre todo en las secciones de envasado y etiquetado, que es donde más se ha impuesto la nueva tecnología".

Las cavas expropiadas por el Gobierno continúan funcionando como si nada hubiera pasado. Los trabajadores confian en que no se pierda ningún puesto de trabajo y desean que se les consulte en su momento sobre los cambios que se lleven a cabo, porque de otra forma, las relaciones sociolaborales seguirían como hasta ahora.

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