Masiva asistencia a un recital de Hierro en Oviedo

José Hierro volvió a Oviedo para dar un recital de su poesía, en la apertura del curso de Tribuna Ciudadana, después de su polémico discurso ante los Reyes y autoridades políticas y militares, con motivo de la reciente entrega de los premios. Príncipe de Asturias.El poeta quedó sorprendido, y así lo manifestó, por el gran número de personas que, sentadas incluso en el suelo o de pie, acudieron a oírle, en esta segunda ocasión, al salón de actos de la Caja de Ahorros, situado a pocos metros de distancia del teatro Campoamor, donde expuso con calor, el pasado 3 de octubre, al príncipe Felipe, la...

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José Hierro volvió a Oviedo para dar un recital de su poesía, en la apertura del curso de Tribuna Ciudadana, después de su polémico discurso ante los Reyes y autoridades políticas y militares, con motivo de la reciente entrega de los premios. Príncipe de Asturias.El poeta quedó sorprendido, y así lo manifestó, por el gran número de personas que, sentadas incluso en el suelo o de pie, acudieron a oírle, en esta segunda ocasión, al salón de actos de la Caja de Ahorros, situado a pocos metros de distancia del teatro Campoamor, donde expuso con calor, el pasado 3 de octubre, al príncipe Felipe, las enseñanzas democráticas dadas por su padre, el rey Juan Carlos, el 23 de febrero, con su actitud en defensa de la libertad y la tolerancia, y en contra de la tiranía.

Varios centenares de personas escucharon al poeta

Varios centenares de personas ecucharon en la noche de anteayer las poesías y comentarios de Hierro, quien confesó, desde la tarima, encontrarse sobrecogido por una asistencia tan masiva. «Yo estoy acostumbrado», dijo, «a que no acudan más de cuatro o cinco personas, familiares incluidos, a escuchar a los poetas. Este lleno me produce una extraña emoción».José Hierro inició su recital con el poema titulado A un lugar donde viví mucho tiempo, con el que dio el tono, por primera vez, según dijo, «porque en poesía se da primero el tono y la letra viene después».

Se refirió al momento (1945) en que la poesía española sigue la corriente garcilasista -lo que significa la vuelta a los temas eternos-, y cuando se comienza a desear ya un tipo de poesía más testimonial. Leyó algunos poemas del libro Alegría -premio Adonais de 1947-, y cerró el recital con el poema titulado Los andaluces. Hierro respondió en el coloquio que siguió al recital a numerosas preguntas.

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